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RECORRER COREA EN FURGONETA

Corea es un país muy cómodo para recorrer en furgoneta. La facilidad administrativa, el buen estado de sus carreteras y las impolutas y bien equipadas instalaciones compensan con creces el inconveniente de los carteles en coreano que aún quedan sin traducir al inglés.

En anteriores posts ya os hemos hablado de nuestra visita a los sitios más famosos del país, como en Seul y Busan y la isla de Jeju , también os hemos contado lo bien que se come en Experiencias culinarias. Todas estas cosas se pueden vivir con o sin furgoneta pues en este país el transporte público es muy bueno (aunque a veces puede no ser muy evidente).

Pero aquí os contamos lo que hizo diferente a este viaje para nosotros: recorrer el país en una furgoneta. Cómo se puede entrar en el país, cómo son sus carreteras, instalaciones, qué problemas nos encontramos y algún que otro sitio secreto!

La entrada al país en cuanto a trámites administrativos fue bastante fácil, pero eso ya os lo hemos contado tambien!  Corea nos recibe con los brazos abiertos

Así que empezamos con…

Carreteras coreanas

Como decíamos, el estado de las carreteras es muy bueno, incluso en el pueblín más apartado, en medio de las montañas, tienen un asfalto de primera.

Señora coreana dando el paseo

Quizás la parte negativa de las carreteras coreanas es que hay bastantes peajes. Los peajes no son muy caros, pero siempre hay carreteras paralelas mucho más bonitas. En cualquier caso si decides utilizar dichos peajes, ¡ojo con meterse en el carril correcto! Nosotros una vez nos metimos por el de camiones y otras por el de autopeaje y la liamos muy gorda porque a la salida no teníamos ticket y explícale tú a la señorita que eres un español que no sabe coreano! Y es que no es nada intuitivo…consejo: parar justo antes del peaje, dejar que pasasen los coches y ver en cual la gente recogía ticket para hacer lo mismo.

Instalaciones

Por todo Corea hay parkings con baños públicos, ya sea en la playa, junto a los parques nacionales o en áreas de descanso. Estos baños están bastante limpios, tienen papel y hasta hilo musical.

Baño público Coreano

Una cosa muy importante, en muchos de ellos hay un botón azul o rojo, con letras coreanas ¡NO HAY QUE PULSARLO! Yo lo hice porque quería saber para qué era, quería saber si era para cambiar la canción, para calefactar el asiento,  para que el wc se autolimpiase o para cualquier otra cosa guay y nada más pulsarlo empezó a sonar una alarma ensordecedora que era imposible de desactivar. Empecé a tocar todos los botones que vi en la entrada y nada…al cabo de un par de minutos se calló y aquí paz y después gloria…al cabo de un rato vinieron unos polis para ver que todo iba bien. Os aseguro que después de esto no volví a pulsar ningún otro botón sólo por probar.

Dormir en un excircuito de fórmula 1

Una de las cosas mas guays que nos pasó (en cuanto al tema de alojamientos) fue la de llegar al que fue el circuito de Formula 1 de Mockpo. Baños privados impolutos con duchas calientes, enchufe para el secador, cocina y fregaderos y todo ello a disposición del visitante. No nos cobraron nada ni el día que llegamos (que no había nadie) ni el de después (había hombres que estaban allí trabajando pero ni nos miraron). Leer más

Seúl, entre lo tradicional y lo moderno

Luces por doquier, comida en la calle en cualquier lado y a cualquier hora y gente, mucha gente, diez millones. Tras haber estado en un país tan despoblado como Rusia, Seúl  fue agobiante para nosotros el primer día. Y es cierto que Moscú es más grande que la capital coreana, pero aquí esos 10 millones se hacen notar, ya que es una ciudad que vive en la calle.

Nos empeñamos en meternos en el centro de Seúl con Ulises y nos llevó muchas horas. El segundo día encontramos un parking al lado del río con zonas ajardinadas y una estación de metro al lado. Desde allí nos movíamos al centro con facilidad y conseguimos relajarnos después del primer día. Habíamos encontrado nuestro sitio en la ciudad.

Ulises en el centro de Seúl

Lo primero que hicimos fue caminar la ciudad, curiosear sus barrios y sus calles antes de meternos a ver monumentos. Si te das un paseo por el centro, cuando ya ha oscurecido, antes de la hora de cenar, podrás encontrar calles llenas de gente, donde hay cientos de tiendas de cosméticos que parecen discotecas con muchas luces y música a todo volumen. Esto forma parte de la cultura del país, ya que las coreanas dan mucha importancia al cuidado de la piel y llevan a cabo rituales antes de dormir que consisten en aplicarse en la cara hasta 10 productos distintos. Agua miscelar, mascarilla, tónico, sérum, loción, crema de cara… y algunas más que no recuerdo.

Calles de tiendas de cosméticos

Además de cuidar mucho la piel con cremas, tanto las mujeres como los hombres evitan ponerse morenos. En Corea y en el sudeste asiático en general, antiguamente, tener la piel era un signo de que pertenecías a la alta clase social y por el contrario, estar moreno, quería decir que pertenecías a la clase obrera. Aunque esta creencia haya desaparecido, tener la piel blanca es la moda aquí y de hecho a veces utilizan cremas que blanquean la piel de la cara más de lo que ya la tienen.

Todo esto se lo explicaron a María, que como imaginaréis, se encontraba en su paraíso. De hecho, llevaba tiempo esperando llegar a Corea para comprar sus cremas, ya que tienen fama de ser muy buenas y más baratas que en otros países.

Como ya hemos dicho, los coreanos viven en la calle, y a la hora de cenar, vayas al restaurante o puesto callejero que vayas, lo vas a encontrar a tope de gente. Da igual que sea un Martes, la gente después de trabajar sale a cenar con sus compañeros y con sus jefes y por supuesto, nunca falta el Soju en sus mesas.

Pinchitos al estilo coreano

Es bastante común que la gente salga a cenar y a tomar unos tragos después de trabajar. Siempre se ve gente vestida de traje y con su maletín del curro un tanto ebrios por la calle. La noche en Seúl es muy animada y es fácil contagiarse del ambiente. Lo cierto es que los coreanos están siempre de buen humor y riéndose, y más por supuesto, después de trabajar.

Bukchon Hanok Village

Calles en Hanok village

Saliendo del bullicio del centro, pudimos encontrar un barrio muy tranquilo de casas típicas coreanas llamado Bukchon Hanok Village. Hanok es el nombre que reciben estas casas tradicionales. A día de hoy la mayoría son talleres de artesanía coreanas, pero se pueden visitar gratis y de esta manera hacerte una idea de cómo se vivía en Corea antiguamente.

Patio típico de las casas tradicionales coreanas

Estas casas parecen sacadas de una película de Samuráis. Tras entrar por una puerta grande con un gran arco, pasas al patio interior, en torno al cual se construye la casa. Los interiores del edificio son diáfanos y con pocas habitaciones. Las puertas y las ventanas son de madera, cubiertas con papel en vez de cristales. Y para acabar tenían un ingenioso sistema de calefacción radiante igual al que usaban los romanos en España. Hacían pasar el humo de una hoguera por unos conductos que había debajo del suelo de la casa.

Interiores minimalistas en las casas tradicionales coreanas

Pasillo que separa el patio de los espacios de la casa

Mercado Gwangjang

Y como no íbamos a visitar un mercado en Seúl. El mercado Gwangjang es espectacular. Aquello era un hervidero de gente vendiendo, comprando, comiendo o simplemente visitando el lugar. Entramos por una de las galerías que atraviesa todo el mercado de lado a lado. Desde la entrada no se podía ver el otro extremo. Lo recorrimos poco a poco para no perder detalle de los diferentes productos que vendían allí. Pescado deshidratado, tortillas de soja, vísceras, verduras y frutas, una especie de masa gelatinosa de arroz, tortitas que una vez hechas las ponían al vapor, una especie de caramoelos de arroz, varios postres y muchísimas cosas más.

Teníamos ganas de probarlo todo (menos las vísceras) y necesitamos dar dos vueltas al mercado para decidir dónde comer. Finalmente nos dejamos llevar como siempre y  nos sentamos en un puesto donde unos hombres muy majos nos habían insistido en que nos sentásemos con ellos. Nos invitaron a Soju y nos dieron a probar algunos de sus platos, como las tortitas al vapor. Nosotros pedimos Bimbap, que es la versión coreana del sushi, gyozas y la masa gelatinosa de arroz a la cual le añadían una salsa roja muy picante que hacían en una sartén enorme a fuego lento.

Masa de arroz cocida a fuego lento con una salsa picante

Palacio de Gyengbokgung

Entrada al palacio de Gyengbokgung

El palacio de Gyeongbokgung es el mayor atractivo de Seúl. Es una zona fortificada en cuyo interior se encuentran numerosos palacios reales. Aquí es donde antaño vivían los reyes y gobernantes del país, y donde se llevaba a cabo toda la gestión política y militar.

Interiores del recinto del palacio

La mayoría de los edificios estaban destinados como vivienda para la realeza, la cual iba cambiando a lo largo del tiempo hacia edificios más modernos. Pero otros muchos son salas de fiestas, lugares donde se reunía con sus consejeros, otros para sus militares…

Lugar donde se celebraban las fiestas de palacio

Todo este complejo fue destruido en torno al siglo XVI por los japoneses y más tarde, en el siglo XX, con la ocupación de los mismos, muchos edificios fueron modificados o destruidos. A día de hoy todo es una reconstrucción de lo que había antaño.

Interior de uno de los edificios

Ensayando para un espectaculo de bailes tradicionales

Es curioso ver que el país con el que sin duda, más parecidos culturales guarda Corea, es a su vez su eterno enemigo. Y es que los japoneses pocas veces han dado descanso a los coreanos a lo largo de la historia. En el palacio de Gyeongbokgung se puede aprender un poco del pasado coreano, así como de algunos personajes relevantes de su historia, como la emperatriz Myeongseong. Esta gran mujer, fue asesinada en el mismo palacio por asesinos japoneses, tras haber frustrado los planes de invasión de éstos.

Además de los sitios típicos de Seúl, conocimos el barrio de Hongdae, una zona universitaria con mucha fiesta y frecuentado por los backpackers. Desde uno de los innumerables puentes de la ciudad, pudimos asistir a la exhibición de fuegos artificiales más espectacular que hayamos visto y que duró más de una hora. Y por último, visitamos el famoso barrio “pijo” de Gangnam que inspiró a la canción Gangnam style y aunque carece de verdadero interés, se puede ver una versión de Corea más moderna.

Biblioteca publica donde cualquiera podia coger un libro para leerlo. No habia que registrarse y ni siquiera habia una recepcion

Publicidad coreana. Entendeis algo?

Fuegos artificiales en Seúl

Un dia normal en las calles de Seúl

Para acabar nuestra estancia en Seúl, nuestro amigo Soonki nos llamó y nos dijo que esa noche iría a la ciudad a cenar con un amigo japonés y que si queríamos acompañarlos. Os acordais de Soonki? hablamos de él en nuestro post Corea nos recibe con los brazos abiertos

¡Qué mejor manera de despedirnos de Seúl!

Cenando con Soonki y su amigo japones

Quisimos preguntarle a Soonki por la situación entre Corea del sur y sus vecinos del norte y su respuesta distaba mucho de lo que nos cuentan por la tele. Resumiendo mucho la larga conversación que tuvimos, lo que nos vino a decir fue algo así:

El problema de Corea es su situación geográfica. Se encuentra situado entre el mundo capitalista y el mundo comunista. Y por tanto el lugar perfecto para una guerra es ni en tu casa ni en la mía, ¡en la del vecino!

Al norte y oeste tenemos los apoyos de Rusia y China, países tradicionalmente comunistas y que apoyan a Corea del Norte. Y al oeste, del lado de Corea del Sur, están las potencias capitalistas Japón y EEUU. (Esta historia ya la hemos visto antes en Vietnam). Como resultado una Corea del Norte comunista y una Corea del Sur capitalista. Nosotros le insistíamos mucho en que el norcoreano está un poco loco y para nuestra sorpresa él le quitaba importancia y nos insistía en que sólo sabemos lo que nos cuentan.

Si nos vamos a datos más concretos, el hecho es que en Corea del Sur hay mucho capital extranjero, hay muchas empresas con grandes inversiones en el país a las que no les interesa una guerra pues eso supondría perder mucho dinero.

Por otro lado, EEUU para contar con un ejército puntero en cuanto a tener lo último de lo último, necesitan un mercado al que vender su armamento de segunda mano, ¿adivináis a quien se lo venden? Exacto, a Corea del Sur, ante la continua amenaza de sus vecinos del norte…y ¿qué pasaría si no existiese el conflicto? Pues que Corea del Sur no necesitaría estar armada hasta los dientes.

En conclusión, nos encontramos ante una situación en la que una guerra beneficiaría a unos y perjudicaría a otros, así que ¿cual es la solución? Mantener la tensión. De esta manera el país sigue armándose y comprando armas a los EEUU para prepararse para una guerra que no va a ocurrir (al menos a corto plazo) porque a los grandes inversores en el país no les interesa.

No se puede resumir en unas líneas todo el conflicto entre las dos Coreas. Probablemente sea mucho más complejo. Pero hemos querido mostrar otro punto de vista de la situación, que sin duda demuestra que no todo lo que nos cuentan es cierto.

Y así nos despedimos de Seúl y de Soonki definitivamente. Nos fuimos sabiendo un poco más de la historia de este gran país, de su cultura y de su política.

¡Y pide que el camino sea largo! ¡Lleno de aventuras, lleno de experiencias!

Un poco de mar y montaña

Nuestros primeros días en Corea, en el monasterio de Woljeongsa, fueron muy intensos. Muchas cosas nuevas aprendidas, muchas experiencias y sólo llevábamos dos días allí. Así que necesitábamos descansar un poco.

Decidimos ir a la playa, no a una en particular, simplemente poner rumbo al punto más cercano de la costa y buscar allí. Recorrimos las montañosas carreteras hasta llegar al mar. Tan sólo tardamos una hora, lo que nos resultó hasta extraño, ya que veníamos de Rusia, donde cada vez que decidíamos ir a un sitio nos llevaba varias horas llegar a él.

Carreteras montañosas que hacían sudar a Ulises

Hay que decir que nuestros primeros kilometros en Corea fueron muy estresantes. Ya no estaba Soonki guiando nuestro camino, así que tuvimos que apañarnosla solos y habituarnos a las señales de tráfico coreanas. Lo peor eran los cruces, si había semáforos estaban después del cruce, no antes como en Europa y si no había semáforo no teníamos claro que señal indicaba la prioridad de cada vía. Además las señales de desvío están justo en el mismo lugar donde el mismo desvío y con un cartel muy pequeño…todo eran trampas!

¿Entendeis algo de a donde hay que ir?

Por suerte pudimos llegar a la playa sin ningún incidente y con la furgoneta de una pieza.

¡Y por fin la playa!

Pronto nos dimos cuenta de que en todas las playas había zonas de acampada, donde la gente montaba unas tiendas que eran auténticas mansiones. Pero para nosotros lo mejor fueron los baños públicos. Los había por todos lados ¡y tenían hasta hilo musical! Aparcábamos la furgoneta en parkings abiertos, nos duchábamos en bañador y teníamos unos estupendos baños al lado. Además, como no había muchos coches en los parkings sacábamos el toldo ocupando dos plazas y de esta manera teníamos una terraza para hacer vida en primera línea de playa. Que más se podía pedir.

Zona de acampada en la playa

Baños públicos

Nuestra casita a orillas del mar

En esta zona de Corea el surf es muy popular. No os imaginéis a grandes surfistas bronceados por el sol desafiando inmensas olas, si no más bien, cientos de coreanos con trajes de neopreno largo (a pesar del calor), gorra y la cara blanca de toda la crema que se han echado. A pocos metros de la playa estaban todas las escuelas de surf, las motos llevaban un artilugio para poder portar las tablas colgadas a un lado y muchos coreanos se teñían el pelo de rubio. Todo parecía una imitación de la imagen idealizada del surf en Estados Unidos.

Escuela de surf

Mirad los supersurferos del fondo

Toda esta estampa nos resultó cuanto menos graciosa. Al fin y al cabo, eso también forma parte de Corea y no dejaba de haber un buen ambiente que nos atraía, por lo que nos quedaríamos hasta que durase el buen tiempo. Si algo habíamos aprendido en estos meses de viaje, es a quedarnos en un sitio cuando estabamos a gusto. Cuantas veces en Rusia nos fuimos de algún sitio estupendo porque teníamos otros planes, para que al final esos planes no saliesen como esperábamos.

Una mañana, cuando ya estábamos listos para seguir buscando playas más al norte, apareció un coreano que mediante señas me dijo que teníamos las ruedas con poca presión y trás mucho discutir con él, entendimos que en Corea no puedes inflarlas en las gasolineras. Todo esto era muy raro. ¿Qué quería este coreano? ¿Cómo no se va a poder inflar las ruedas en la gasolinera? Empezó a hablar con su compañero y a hacer algunas llamadas. Se empeñó en que había que solucionar aquello. Entonces se me pasó por la cabeza un comentario en un foro, sobre que los coreanos van de buenas y luego te la dan con queso.

Les dijimos que no se preocupasen, que ya lo solucionaríamos y que teníamos prisa, pero era demasiado tarde…ya habían llamado a una grúa ¡Lo que nos faltaba! Entendernos con nuestro seguro coreano para hacer papeles en coreano…Mientras intentabamos hacernos entender y ya dispuestos a montarnos en el coche e irnos, llegó una especie de coche taller, se bajó un hombre y cogió un compresor.

Inflandole las ruedas a Ulises

Inflaron las ruedas y tras terminar, hicieron fotos a la matrícula del coche de los coreanos y firmaron unos papeles. Ahora lo entendíamos todo. Dieron un parte a su seguro para que viniese la grúa a inflarnos las ruedas. Nos dijeron que solo querían ayudarnos, que no podían dejar que fuésemos por la carretera con las ruedas mal. Nunca nos pidieron nada, ni dinero ni documentos, sólo que cuando volvamos a España contemos que los coreanos son buenas personas y que les gusta ayudar a la gente.

Sorprendidos por lo que nos acababa de pasar, seguimos nuestro camino hacia el norte, donde poco a poco iban desapareciendo las escuelas de surf para dar paso a playas llenas de alambre de espino. Aquí sí que se notaba el conflicto con sus vecinos del norte. Las playas parecían preparadas para evitar una invasión. Muchas no eran accesibles, ya que había grandes alambradas que impedían el paso. Además, todas estaban muy bien iluminadas por la noche para poder controlar cualquier anomalía.

Con todo esto llegamos hasta Sokcho, donde pasamos el día y nos preparamos para conocer un parque nacional coreano.

No nos hemos teletransportado a Wall Street, son las calles de un pequeño pueblo pesquero

Parque nacional de Seoraksan

Entrada al parque de Seoraksan

El parque nacional de Seoraksan está considerado el más bonito de Corea, así que teníamos que conocerlo. Decidimos hacer una ruta de un día que nos llevaría hasta el pico Ulsanbawi. Sobre el mapa la ruta parecía muy dura, ya que había tramos donde hacer un kilómetro llebaba más de una hora.

Inicio de la ruta

En Corea, el treking es otro de los deportes populares del país. Muchísima gente hace senderismo por las montañas coreanas, que están llenas de parques nacionales. Las rutas están muy preparadas para que todo el mundo las pueda hacer. Las partes más simples son caminos de tierra y piedras, pero cuando la cosa se complica hay pasarelas de madera y a menudo puentes colgantes para pasar los ríos. No obstante han conseguido hacerlo de tal forma que la ruta no pierda el encanto.

La primera pare de la ruta discurre al lado de un río, el cual deja unas estampas muy bonitas y tras una hora de caminata empieza la subida de verdad. Atraviesas el bosque por una ruta que consiste unicamente en escalones y la subida empieza a ser dura.

Las ardillas abundan en el parque

Nos llamó la atención que los coreanos, a pesar de estar sudando (igual que nosotros), cuando nos los cruzábamos olían a flores! A pesar de lo duro de la caminata, su aspecto era de alguien que acababa de salir de la tienda donde se ha comprado todo el material de montaña. Y es que los coreanos son muy presumidos, les gusta ir bien vestidos y además, el tema de la higiene está muy arraigado en la cultura. Lo cual nos venía genial, ya que gracias a ello había muchos baños públicos en muy buenas condiciones.

Coreanos perfectamente equipados y oliendo a flores

Justo antes de llegar al punto más crítico de la ruta, había un templo muy curioso que estaba escabado en la roca donde además sonaban sin cesar las oraciones budistas al son del cuenco de madera que utilizan como instrumento.

Entrada a un templo esculpido en la roca

Templo en el interior de una gran roca

A pocos metros de este templo empezaban las escaleras que te llevan a la cima. La subida es dura y en algunas zonas las personas con vértigo (como yo) lo pueden pasar un poco mal.

Escaleras a la cima

Vistas del parque

Tras una hora de subir escaleras, por fin alcanzamos la cima! Y cómo no, las mejores vistas del camino. Valles rebosando de árboles, rodeados por unas espectaculares motañas de las que salían grandes picos de piedra como si intentasen escapar de ser cubiertos por la intensa vegetación. Para completar aquella mágica escena, se podía ver perfectamente como las nubes subían desde el valle hacia lo alto de las montañas empujadas por el viento.

¡¡Y por fin la cima!!

Por todo el parque hay sitios para poder beber y descansar y si haces rutas de varios días, no hace falta que lleves tu tienda de campaña, hay refugios (Shelters) en puntos estratégicos para dormir, que cuestan unos 5€ por persona. Se podría decir que Corea es el paraíso del senderismo, pues como veríamos más tarde, así era en todos los parques nacionales.

Buda enorme que se encuentra en este parque

Al final de la tarde estábamos de vuelta en la playa, pero las nubes empezaron a asomar por el horizonte y por la noche llovió bastante. Esto marcó el final de los días de playa y naturaleza, en dos días estaríamos en Seul.

¡Pide que el camino sea largo! ¡Lleno de aventuras, lleno de experiencias!

Ya estamos en Francia: Juzet de Luchon

A 995 km desde Cabeza del Buey, estamos Ulises, Fernando, JA y María en Juzet de Luchon un pequeño pueblo en el corazón del Pirineo francés.

Hemos pasado sin duda la parte más fácil del viaje y a la vez más difícil y digo difícil porque las despedidas han hecho que el comienzo sea un poco triste, no hemos hecho grandes despedidas ni habíamos dicho muy en voz alta que nos íbamos precisamente por eso! ( perdonnnn amigos y familia!! Nos hemos ido un poco a la francesa ?).

Bueno, pues de este primer trayecto, si destacamos algo, son los paisajes tan bonitos y especiales que tenemos en nuestro país….como el pantano de La Serena con su cerro MASATRIGO:

Llegamos a Madrid para recoger los pasaportes y la visa para Rusia y  reunirnos con Fernando ( quien nos soportará hasta la frontera con Rusia).

En Madrid pusimos GPS para que nos sacara de las autovias y la verdad que descubrimos rutas muy recomendables: Peralveche-Molina de Aragón- Villarreal de Huerva- Zaragoza-Embalse de la Sotonera y aquí al lado de Huesca pasamos nuestra primera noche:

Esta mañana ya nos adentramos en los Pirineos… hemos estado muuuchas veces en los Pirineos y cada vez que vamos nos quedamos atontados con estas montañas:

Y después de algunas dudillas, hemos decidido quedarnos en un camping de 4 estrellas que esta fenomenal: Camping Caravaning Pradelongue donde aprovechamos para una ducha calentita, Hacer un poco de menage y conectarnos a internet para enviaros noticias!!!

Así que vamos al líoooo, hasta pronto familia!!!

Para no tener ni frío ni calor: Aislamiento térmico en nuestra furgo

Empecemos por el principio, el primer paso de la transformación, fue el desmantelamiento de la furgo: quitar sillones, plásticos, instalaciones eléctricas, de sonido y de climatización de la parte trasera hasta dejarlo en la chapa:

El segundo paso fue la instalación del aislante en suelo, paredes, techo y puertas.
Este tipo de vehículos vienen aislados parcialmente sobre todo para el tema de la acústica durante el viaje, pero no están preparados de fábrica para mantener una temperatura aceptable sin ayuda de la calefacción o el aire acondicionado.
Lo que hicimos fue combinar distintos tipos de aislante según las formas, espesores y huecos del habitáculo. En esta imagen se pueden ver los tres tipos de aislantes utilizados:


– Un aislante autoadhesivo (el que vemos en metálico) para las zonas complicadas, con curvas y poco espacio.
– Un aislante de gran espesor para los huecos expuestos directamente a la chapa exterior (aislante gris que vemos en el hueco de la derecha).
– Lana de roca para el suelo y los huecos entre la chapa interior y la exterior.

 

 

 

Este tipo de trabajo, se trata de un trabajo muy manual y meticuloso. Por ejemplo, para el aislamiento de las puertas, había que ir cortando trocitos de aislante adhesivo e ir adaptándolo a las formas complicadas de una puerta:

Una vez que todo el aislante estuvo instalado, el paso siguiente fue la instalación del contrachapado en las paredes y la tarima en el suelo. El corte del contrachapado no fue una tare fácil teniendo en cuenta las formas caprichosas que tiene esta furgo: esquinas redondeadas, huecos donde había altavoces, las ruedas:

Y es en este momento que Ulises está lista para el próximo paso, el diseño y construcción de muebles que veremos en el próximo post:
Esto deja de ser una furgo: Diseño y construcción de muebles

De furgo a Camper y el bautismo de Ulises

Por fin llego nuestro primer post y como no podría ser de otra manera, está dedicado a uno de los elementos más importante que define este proyecto: nuestro medio de transporte: Ulises.

Y es que hoy  09/06/2017 después de aproximadamente cuatro meses, podemos decir que Ulises (nuestro Hyundai 4×4) está listo para el viaje!

De toda la transformación, el hito más importante, fue sin duda la homologación de todo lo que le habíamos puesto encima, dentro, debajo (lo cual  ocurrió hace una semana)…pero ha sido hoy cuando damos por concluida la transformación! Y es que hoy  ya tenemos por fin los cojines-colchones tapizados por “la Paqui” (Paqui es una costurera de nuestro pueblo) que nos ha dejado un sofá-cama estupendo! Era el último paso por hacer, con lo que tenemos ahora mismo instalado, ya podemos empezar!

Esta era nuestra furgo cuando la compramos (en esta imagen ya habíamos quitado los dos asientos traseros):

Y tras muchas horas de trabajo… quedó esto:

Sí, sí, es la misma, pero desde distinto ángulo (que si no, no se aprecia bien el cambio).

Han sido cuatro meses de dedicación absoluta por parte de José Antonio, quien se ha entregado en cuerpo y alma a esta transformación. La cual ha disfrutado enormemente (dice que ahora se quiere dedicar a equipar  campers) pero que también nos ha hecho vivir una montaña rusa de grandes éxitos y no fracasos (y digo bien no fracasos, porque de cada imprevisto hemos aprendido una pequeña lección), aunque no nos vamos a engañar, cada solución ha llegado después de valorar muchas soluciones, de muchas pruebas-error, incluso de algún que otro desvelo nocturno!

Esto es sin duda una lección para nosotros de que en esta vida todo es ponerse! Por supuesto ha habido una gran fase de aprendizaje, en nuestra vida no habíamos hecho algo parecido, no conocíamos a nadie que nos pudiera ayudar y todo ha sido aprender a partir de  la información disponible en internet, pero con ganas, esfuerzo y dedicación, todo se puede conseguir.

Para llegar a este resultado, como os comentaba en la presentación de Ulises, han sido necesarios muchos pasos  que iremos detallando en diferentes posts. Iremos explicando cada uno de los pasos de esta trasformación, de cómo hemos pasado de una furgoneta que en su anterior vida se dedicaba a ir de pesca (su antiguo dueño era un pescador de Olivenza- Badajoz) hasta llegar a ser Ulises, el medio de transporte de la aventura de “VIAJANDO A ÍTACA”.