Entradas

Western Australia

Western Australia o Australia Occidental, es el estado más grande del país y casi del mundo entero, sólo un estado Ruso lo supera. Es quizás el menos conocido y menos turístico pues las distancias entre los sitios son enormes. Carreteras con medio metro de agua, cascadas en las laderas de las montañas, desiertos, playas de aguas cristalinas, arena blanca y arrecifes, el tiburón ballena, camellos al norte que contrastan con los bosques y viñedos del sur…todo esto y mucho más es Western Australia.

Nosotros llegamos a través de la frontera con Norhern Territory, aquí nos hicieron tirar/comer la fruta verdura y miel que llevábamos en el coche(cosas de mantener los ecosistemas).

En el Norte de Australia tienen clima tropical, es decir, tienen época de lluvias y época seca. Nosotros llegamos al final de la época de lluvias y aunque no nos llovió ni un solo día, la semana anterior habían visto pasar un ciclón que les había dejado 900mm de agua ( lo que llueve en Galicia en un año). Como resultado, el offroad era imposible pues los caminos eran ríos y las carreteras principales sólo eran practicables con coches high clearance (con la toma de aire elevada).

Así llegamos a Broome, el primer atisbo de verdadera civilización después de muuuchos kilómetros y sobretodo, el mar y sin cocodrilos! Cual fue nuestra sorpresa cuando nos dijeron que aquí no hay cocodrilos, pero que era la temporada de las Box Jellyfish unas medusas tan venenosas que te pueden matar. Nuestro gozo en un pozo, nos tendríamos que conformar con ver los camellos pasear por la playa.

Nuestro gran próximo destino sería Coral Bay. Un arrecife de coral, donde empezaba la época del Coral spawning. La época de reproducción de los corales, momento en el que muchos peces se acercan a los corales para alimentarse. Entre ellos el gran tiburón ballena. Hace 10 años José Antonio había visto por primera vez el tiburón ballena en un documental y desde ese momento, su sueño era poder nadar con uno de ellos y nosotros lo íbamos a intentar. Normalmente, la época del tiburón ballena, el momento en el que pasa por esta costa, es de Abril hasta Agosto,  a veces un poco antes o un poco después. Nosotros llegamos a mediados de marzo, con lo cual, no teníamos nada asegurado.  Cuando llegamos a Exmouth, nos dijeron que los tours para nadar con el tiburón ballena no habían empezado aún, todos menos uno que empezaría el sábado siguiente. Era nuestra única esperanza, así que allá fuimos. Estos tours son carísmos porque además del barco, sale una avioneta para ver donde están los tiburones y dirigirnos hacia allí con el barco. Si no, es probable que no los veas.

Después de las primeras explicaciones de qué es lo que hay que hacer cuando llegásemos a los alrededores del tiburón, hicimos las primeras pruebas de los equipos en el agua. Al poco nos dijeron que habían visto uno y que había que bajar corriendo y equiparse. Estábamos de los nervios, como dos niños pequeños y por fin llegó el momento, y qué momento, allí estaba, nadando, qué increíble criatura. Sin duda una de las sensaciones más increíbles de nuestras vidas…nadar con un tiburón ballena, en medio del mar…como si fueses un pececillo más y la verdad es que la sensación , era esa, como si fueses un pececillo de esos que va con los peces grandes (herbívoros) buscando protección.

El tiburón ballena es una especie considerada vulnerable porque tiene un muy lento crecimiento, para que os hagáis una idea, desde que nace, tarda 30 años en poder empezar a reproducirse.

Para acabar el día hicimos un poco de snorkel por los corales y nos visitó algún que otro delfín que quería jugar con el barco. Un día que sin duda no olvidaremos.

En esta costa además hay un parque Nacional que se llama West Cape Range donde abunda la vida salvaje tanto terrestre como acuática. A tan solo unos metros de la costa pudimos nadar con tortugas, rayas y pececillos de miles de colores. Y en tierra pudimos ver dingos, canguros y emus.

Después de pasar unos días en este paraíso de vida salvaje, seguimos nuestra ruta hacia el sur y quisimos explorar la península de Monkey Mia. Aquí estuvimos unos días, nosotros y todas las moscas del desierto. Resulta que cuando hay viento que viene del Este, sube la temperatura y la cantidad de moscas es algo que no habíamos visto en nuestra vida. Para que os hagáis una idea, acabamos bañándonos poniéndonos unas mosquiteras en la cabeza para taparnos la cara y que las endemoniadas moscas no te molestasen. Esta península tenía todas las papeletas para ser un sitio idílico, pero aquellas moscas lo convertían en un infierno. Afortunadamente encontramos un pequeño oasis (sin moscas) en el pueblo de  donde los Emus debieron pensar lo mismo ya que paseaban tan campantes como si fuesen palomas.

Nuestra última parada antes de llegar a Perth fue el Pinnacle Dessert. Un lugar bastante turístico pues no esta muy lejos de Perth y donde por primera vez en mi viaje alrededor de Australia y por increíble que parezca, me topaba con una mini serpiente (fuera de los parque naturales).

Y aquí la famosa serpiente:

Perth y Fremantle

Perth es la capital de Western Australia y Fremantle su hermana pequeña y donde está el puerto donde despediremos a Ulises.

Perth con sus  1,8 millones de habitantes es a priori bastante parecida a cualquier otra ciudad australiana, impresionantes parques y jardines botánicos, un centro financiero lleno demodernos edificios acristalados que se mezclan con centros comerciales al aire libre y edificios históricos más antiguos. Nos recuerda bastante a Brisbane con el Swan River que lo atraviesa, la diferencia es que Perth está al lado del mar y es un sitio perfecto para practicar todos los deportes de agua y viento, windsurf, kitesurf y por supuesto vela. Por si fuera poco, cuenta con un montón de playas a pocos kilómetros y Fremantle.

Fremantle es una ciudad de casi 30.000 habitantes, pero que parece un pueblecito de vacaciones. El típico mercado de abastos lleno de puestos de artesanía o de comida, fachadas con obras de arte y South Beach, el orgullo de todos los Fremantleanos.

Aquí en Australia, aunque suene raro, también tienen vacaciones en Semana Santa, aunque aquí lo llaman Easter y lo que celebran es que un conejo imaginario deja huevos de chocolate a los niños (algún día descubriré la relación entre eso y las procesiones) y el sitio por excelencia donde va todo Perth en estas fechas en Margaret River y allí nos fuimos también nosotros.

Margaret River es la región vinícola por excelencia. Cuan diferente es su joven cultura vinícola a la nuestra…nada que ver. Pero justo estamos en el fin de la temporada de vendimia y nos pareció un buen lugar para pasar nuestros últimos días en Australia.

Teníamos ganas de naturaleza (que sin duda es la joya australiana) y por cambiar, en lugar de hacer una caminata, buscamos a ver si lo podíamos hacer por agua. Llegamos a una casa en medio del campo donde se supone que alquilaban canoas. Al llegar nos recibió un hombre que nos dijo que allí era y que si queríamos nos podíamos quedar en su jardín a pasar la noche.

Así hicimos  y al día siguiente cogimos las canoas. El río tenía muy poco caudal y había árboles caídos por todos lados. Finalmente, más que un paseo en canoa, fue una yincana a la aventura  total. Todo muy salvaje, muy natural, muy dejado a la mano de Dios. Acabamos realmente exhaustos.

De vuelta a casa, Neville y su mujer Anne nos invitaron a tomar con ellos la última botella de la cosecha del 2014 e inaugurar la del 2017. La vendimia de esta temporada acaba de tener lugar y por tanto es el momento de embotellar la cosecha del año anterior para dejar libres las cubas para la de este año.

Esta pareja nos encantó. Ya jubilados, en su época fueron unos jóvenes hipies de los 60, perseguidos por el gobierno  porque Neville se negó a ir a la guerra de Vietnam. Australia, sus exconvictos e inmigrantes eran una fuente de jóvenes de la Commonwealth a los que mandar a la guerra y si te negabas, te convertías en enemigo del gobierno.

Llegaron aquí con la idea de vivir alejados de los policías que les perseguían y acosaban constantemente. Hoy en día tienen una preciosa casa de piedra en medio de un bosque junto al río y rodeados de canguros. Ya se sabe con una copa de vino en mano se habla y se habla muchísimo…nos contaron como fue y como es su vida ahora, las riquezas de Australia, especialmente de Western Australia (el estado con mayor renta per cápita por habitante)  o la situación de los aborígenes (un tema que nos tiene bastante perturbados desde que llegamos a Uluru), nosotros hablamos de Rusia, de Europa, de la vida en España y de porqué España y Portugal son países diferentes.

Y aquí acaba nuestro camino por Western Australia, nos parece que en cada país hay alguien para recibirnos y alguien para despedirnos como ya nos ocurrió en Rusia y en Corea. Ellos son los regalos del camino.

“pide que el camino sea largo…”

Stuart Highway: la ruta 66 australiana

La pintoresca Stuart Highway, que toma su nombre del primer explorador que llegó al centro de Australia, es una carretera con mucha historia. Está muy ligada a las primeras rutas en busca de minerales, a la primera red de telégrafos que unió el norte con el sur de Australia y fue clave durante la Segunda Guerra Mundial, hasta el punto, que fue en este momento cuando se empezó a pavimentar en 1942.

Casi todo el mundo conoce o ha oído hablar de la famosa ruta 66 en EEUU, pero en Australia también tienen su versión. Una carretera histórica para el país que en este caso recorre Australia de norte a sur (no de este a oeste como su versión americana). Una carretera que  comenzó siendo una simple ruta y hoy es la arteria que conecta el sur con el norte del país. En este post os contamos todas las peculiaridades de esta carretera, tan diferente a lo que habíamos visto hasta ahora.

Ya hablamos de ella en el post de nuestra incursión al desierto australiano . Pero hay mucho más que contar acerca de la Stuart Highway que nos llevó a los lugares más inhóspitos, salvajes y espectaculares del país Esta carretera es sin duda un lugar con vida propia, con historia, costumbres, particulares habitantes y paisajes que evolucionan.

NÚMEROS

Son un total de 2834 km que van de Port Augusta hasta Darwin. Aunque Stuart la recorrió muchos años antes, no fue hasta 1942 (por razones militares) cuando se empezó a asfaltar. En 1980 la carretera estuvo asfaltada por completo.

Atraviesa y une 2 estados: South Australia y Northern Territory.

En nuestro particular periplo: Empezamos 11/02 en Port Augusta y llegamos a Darwin el 25/02, un total de 2 semanas.

Cambio de Estado

 

Punto de partida: Cruce entre Eyre HWY y Stuart HWY

Último destino: Darwin

ANATOMÍA

A pesar de ser una de las arterias del país, no es una autovía, es una carretera de doble sentido. El tráfico es tan escaso que no sería necesario. Creo que habremos adelantado uno o dos camiones en todo el viaje (aunque vimos muchos).

Una cosa muy común en esta carretera es ver carteles donde te dicen que hay que descansar y parar. Se trata de una carretera casi recta, sin mucho que ver en cientos de kilómetros donde el cansancio puede ser tu peor enemigo. Con este fin, existen numerosas áreas de descanso cada 20 o 30 km ¿lo mejor de estas áreas de descanso? ¡que no hay ni una sombra! Y es que teniendo en cuenta que aquí el árbol por excelencia es el eucalipto (cuando lo hay), la sombra brilla por su ausencia (literal).

0 sombras

Como son tantos kilómetros, esta es sin duda la carretera más variopinta, paisajísticamente hablando, de toda Australia. A lo largo de esta ruta, se pueden apreciar  todos los tipos de paisajes posibles, empezando por los escenarios más desérticos que puedas imaginar acabando con una flora totalmente tropical.

LUGARES DE INTERÉS

Inolvidable Uluru

Alrededor de la misma, hay puntos de interés turístico internacional como el Oodnadatta Track o Coober Pedy en la parte sur, Uluru, Kata Tjuta y Watarrka en el centro y los parques de Kakadu y Lietchfield en el norte. Sin duda algunos de los sitios más únicos y espectaculares de Australia.

TRANSEUNTES MÁS FAMOSOS

Si hay algo que define estas carreteras, estos son los famosos trenes de carretera. Inmensos camiones con 3 o 4 remolques (aunque de noche puedes ver alguno de 5) que son el medio de transporte de mercancías de esta parte del mundo ¡hemos llegado a contar 86 ruedas en  un camión! ¿Os imagináis la de veces que deben pinchar? Eso explica la cantidad de neumáticos rotos que se ven por la carretera. Cada vez que te cruzas con uno de ellos es como si una mole gigante se te viniese encima…y con la potencia que tienen, que no te quepa la menor duda de que si van vacíos ¡te adelantan!

Road trains

Hay muchos animales que habitan alrededor de esta carretera y como no hay vallas, desgraciadamente la combinación de estos habitantes con los trenes de carretera da lugar a que sea muy común ver canguros y vacas atropellados en las cunetas.

COSTUMBRES

Si hay un gesto muy característico de esta carretera es el saludo entre conductores. Cada vez que te cruzas con un coche te saludan haciendo una V. Con nosotros se pierden un poco ya que esperan al conductor al otro lado.

Saludo de conductores

ABASTECIMIENTO

Recargando agua

Debido a que es un area casi despoblada en su gran mayoría, no es muy normal encontrarse con una gasolinera, por lo que puede haber hasta 200km entre una y otra, aquí es fundamental una buena planificación de la ruta.

Una gasolinera puede ser todo un acontecimiento, ya no solo porque hay gente, gasolina y agua, sino porque además son de lo más curiosas. Podrás encontrar museos, pequeñas galerías de arte, todo tipo de expresiones artísticas y hasta ovnis.

Ovnis en la gasolinera

Gasolinera lagarto

Pero si hay algo característico en esta carretera son las Roadhouse. Estos lugares hacen de hotel, restaurante, pub y gasolinera al mismo tiempo. Y os preguntareis y ¿quién vive en esos lugares tan aislados? Pues en muchos casos, los trabajadores de estos sitios son extranjeros que se vienen una temporada para hacer un poco de dinerito.

Normas de vestimenta en un roadhouse

OTRAS COSAS CURIOSAS…

En gran parte de la carretera se pueden ver termiteros en las cunetas, auténticas obras arquitectónicas que varían según las condiciones climatológicas. Hemos visto numerosos tipos:

  • Pequeños termiteros en la zona centro, a veces disfrazados de personas, son muy característicos de la Stuart Highway.
  • Tipo catedral más hacia las zonas húmedas, en especial en Kakadu. Increíbles obras arquitectónicas que pueden alcanzar los 7m de alto, construidas para sobrevivir a las inundaciones y al sol abrasador.
  • Magnéticos (orientados de norte a sur), alineados con el campo magnético de la tierra. De esta manera, tienen siempre una cara al sol y otra a la sombra. Lo más curioso, las termitas que lo construyen son ciegas, no pueden tomar el sol como referencia, tienen una especie de brújula interna que les indica la dirección en la que deben construir.

    Termiteros magnéticos

     

  •  Tipo choza (en las zonas muy húmedas). Para que evacuen fácilmente el agua.

Como veis auténticas maravillas de la naturaleza, que nos parecieron alucinantes.

Otra de las curiosidades de esta carretera, es que  la parte norte estuvo muy ligada a la WWII.  Recorriendo los kilómetros septentrionales es posible encontrar innumerables lugares que fueron protagonistas en la contienda. Desde cementerios, hospitales, bases militares y hasta pistas de aterrizaje. Uno de los lugares más pictorescos donde Ulises ha pernoctado, fue sin lugar a dudas esta antigua pista de aterrizaje en medio de un bosque habitado por curiosos euros (un tipo de pequeños y asustadizos canguros) y bichejos que jamás habíamos visto como el enorme Fish Killer bug (el cual pasó a mejor vida después de que José Antonio le pisase del susto que se pegó cuando le vio trepando en su pie).

Antigua pista de aterrizaje

Y para despedirnos de la Stuart Highway, aquí os dejo  algunas instantáneas de los increíbles atardeceres de la Stuart Highway:

Atardecer cerca de Coober Peddy

Atardecer en Devil´s Marble

Y creo que a esto se refería Kavafis cuando escribía aquello de  “pide que el camino sea largo, lleno de aventuras, lleno de experiencias…”

 

,

RECORRER COREA EN FURGONETA

Corea es un país muy cómodo para recorrer en furgoneta. La facilidad administrativa, el buen estado de sus carreteras y las impolutas y bien equipadas instalaciones compensan con creces el inconveniente de los carteles en coreano que aún quedan sin traducir al inglés.

En anteriores posts ya os hemos hablado de nuestra visita a los sitios más famosos del país, como en Seul y Busan y la isla de Jeju , también os hemos contado lo bien que se come en Experiencias culinarias. Todas estas cosas se pueden vivir con o sin furgoneta pues en este país el transporte público es muy bueno (aunque a veces puede no ser muy evidente).

Pero aquí os contamos lo que hizo diferente a este viaje para nosotros: recorrer el país en una furgoneta. Cómo se puede entrar en el país, cómo son sus carreteras, instalaciones, qué problemas nos encontramos y algún que otro sitio secreto!

La entrada al país en cuanto a trámites administrativos fue bastante fácil, pero eso ya os lo hemos contado tambien!  Corea nos recibe con los brazos abiertos

Así que empezamos con…

Carreteras coreanas

Como decíamos, el estado de las carreteras es muy bueno, incluso en el pueblín más apartado, en medio de las montañas, tienen un asfalto de primera.

Señora coreana dando el paseo

Quizás la parte negativa de las carreteras coreanas es que hay bastantes peajes. Los peajes no son muy caros, pero siempre hay carreteras paralelas mucho más bonitas. En cualquier caso si decides utilizar dichos peajes, ¡ojo con meterse en el carril correcto! Nosotros una vez nos metimos por el de camiones y otras por el de autopeaje y la liamos muy gorda porque a la salida no teníamos ticket y explícale tú a la señorita que eres un español que no sabe coreano! Y es que no es nada intuitivo…consejo: parar justo antes del peaje, dejar que pasasen los coches y ver en cual la gente recogía ticket para hacer lo mismo.

Instalaciones

Por todo Corea hay parkings con baños públicos, ya sea en la playa, junto a los parques nacionales o en áreas de descanso. Estos baños están bastante limpios, tienen papel y hasta hilo musical.

Baño público Coreano

Una cosa muy importante, en muchos de ellos hay un botón azul o rojo, con letras coreanas ¡NO HAY QUE PULSARLO! Yo lo hice porque quería saber para qué era, quería saber si era para cambiar la canción, para calefactar el asiento,  para que el wc se autolimpiase o para cualquier otra cosa guay y nada más pulsarlo empezó a sonar una alarma ensordecedora que era imposible de desactivar. Empecé a tocar todos los botones que vi en la entrada y nada…al cabo de un par de minutos se calló y aquí paz y después gloria…al cabo de un rato vinieron unos polis para ver que todo iba bien. Os aseguro que después de esto no volví a pulsar ningún otro botón sólo por probar.

Dormir en un excircuito de fórmula 1

Una de las cosas mas guays que nos pasó (en cuanto al tema de alojamientos) fue la de llegar al que fue el circuito de Formula 1 de Mockpo. Baños privados impolutos con duchas calientes, enchufe para el secador, cocina y fregaderos y todo ello a disposición del visitante. No nos cobraron nada ni el día que llegamos (que no había nadie) ni el de después (había hombres que estaban allí trabajando pero ni nos miraron). Leer más

Busan y la isla de Jeju

Cuándo buscábamos información sobre Corea, a parte de Seul, siempre aparecían Busan y la isla de Jeju. Los tres juntos son sin lugar a dudas los puntos más turísticos del país. A continuación os contamos cómo lo vivimos en nuestro viaje a Ítaca.

Busan

A primera vista Busan nos pareció un poco como Seúl. Una ciudad muy grande, con mucha gente en la calle, mucho restaurante, con un centro muy moderno y con rascacielos inmensos. Pero en poco tiempo nos dimos cuenta de que dista mucho de parecerse a la capital coreana.

Panorámica de Busan

Tiene templos budistas preciosos y algunos nada visitados; en el centro de la ciudad hay zonas de auténtico bosque, donde puedes hacer rutas de senderismo sin ni siquiera oír el ruido de la ciudad; tiene el mejor mercado de pescado de toda Corea y está localizado en una zona de islas que están conectadas entre ellas por puentes, creando una panorámica por la noche espectacular.

Vista nocturna de la ciudad

El mismo día que llegamos a Busan, habíamos embarcado a nuestra furgoneta Ulises en un barco rumbo a Australia. No llegamos a esta ciudad en el mejor de nuestros momentos, ya que nos dio mucha pena dejar a nuestra casita con ruedas en manos de unos desconocidos y además, sin saber cuándo la íbamos a volver a ver. Pero Busan se encargó de quitarnos la tristeza de nuestras mentes en seguida.

Recinto donde se celebra todos los años el festival internacional de cine de Busan

Carrito de comida típico en toda Corea, donde comes por dos duros

Ajetreadas calles de Busan

Y empezamos con lo mejor de Busán:

Admirar las vistas del barrio financiero y de sus rascacielos desde el parque de Dongbaek

Si te acercas a este parque por la noche, podrás admirar unas vistas de Busan iluminada. Ya os habréis dado cuenta de que a los coreanos les encantan las luces nocturnas.

Ruta costera en el barrio de Yongho Dong

Consiste en un sendero que va a la falda de un monte que hay en el barrio de Yongho. Nosotros recorrimos este camino que serpentea a la falda del monte y a pocos metros del mar. Una chica que conocimos en el metro nos habló de este lugar, que no sale en ninguna guía turistica. Nos dijo que era su lugar favorito de la ciudad, y la verdad es que a nosotros nos encantó

Mercado de pescado de Jagalchi

Ya hemos hablado de este mercado en nuestro post Experiencias con la comida coreana. Famosísimo por su gran cantidad de pescado y por ser el mejor de Corea. En muchos puestos presumen de traer parte de su género en avión desde la Isla de Jeju, aunque en realidad la mayor parte es traído por los barcos de pesca que lo descargan allí mismo, ya que el mercado da al puerto pesquero de la ciudad.

Ruta hasta el monasterio budista de Seokbulsa

Monasterio de Seokbulsa

Comenzamos la ruta en un CableCar que nos subió hasta las inmediaciones del fuerte de Geumjeong Sanseong y que nos ahorró la parte más dura de la subida. Desde el CableCar pudimos ver una de las mejores vistas de la ciudad. Hay que decir que el CableCar es bastante viejo y a veces da la sensación de que se va a desmoronar cuando ves todo el óxido que se está comiendo al aparato.

Vistas de Busan desde el Cable car

Una vez arriba tomamos la ruta que nos llevaba hasta el fuerte de Geumseong y desde allí empezamos a preguntar por el monasterio a todo el que nos encontrábamos, ya que las pocas indicaciones que hay, estaban en coreano y no se entendían.

Esto se encuentra en el mismo Busan

Entrada al fuerte de Geumseong

¿Qué habrá a 500 metros?

Tras dos horas de una preciosa ruta, encontramos perdido en una montaña en pleno Busán, el pequeño monasterio de Seokbulsa.

Se trata de un monasterio cuyos templos son de piedra, a diferencia de la mayoría de templos en corea que son de madera. Pero su verdadero interés no reside en estos templos. En la parte de atrás de los edificios, se encuentra un patio formado por las mismas montañas en la que están esculpidas en piedra unas inmensas figuras de buda y los protectores del budismo.

Buda esculpido en la roca

Gamcheon culture village

Panorámica del barrio de Gamcheong

En este barrio, que está dentro de Busan, vivía antiguamente la gente con menos recursos de la ciudad. Básicamente era como favelas brasileñas, sin agua, electricidad, canalizaciones… A día de hoy sí que cuenta con todas estas comodidades, y en 2009 numerosos artistas colaboraron con obras muy coloridas haciéndolo a día de hoy un barrio muy pintoresco.

Pececitos de colores

Desgraciadamente las hordas de turistas acuden a diario a visitarlo e incluso hay que hacer largas colas para hacerse una foto en los lugares más populares, como con una estatua del principito que hay en la villa (foto que nosotros no tenemos). No obstante, dando un paseo y curioseando sus callecitas menos transitadas por el turismo, fue bastante para disfrutar de Gamcheon.

¡Con esta gente no hay quien se entienda!

Tras mucho trastear encontramos una exposición de cuadros de un artista ruso en la biblioteca pública. Acabamos pasando allí la tarde tomando unos vinos y un aperitivo por cortesía del artista, mientras hablábamos un poco con él y disfrutábamos de sus obras, que la verdad, nos gustaron mucho.

Isla de Jeju

Desde Busan volamos a la Isla de Jeju para pasar unos días. Allí alquilamos una moto para así recorrernos la isla fácilmente y la verdad, fue la mejor opción.

¿Camino de Santiago? ¿En Corea?

Jeju está considerada uno de los mayores atractivos de Corea. Sin embargo, discrepamos respecto a esto. A nosotros nos desilusionó bastante, ya que está masificada por el turismo local (hay un vuelo a la hora a Busan y otro a Seúl, además de vuelos internacionales) y hay que pagar por todo (cataratas, un cráter en medio de la isla, una formación rocosa con piedras hexagonales…) con lo cual ha perdido el encanto que pudo tener años atrás.

Visitando una antigua villa de la isla

Típicas estatuas esculpidas en piedra de la isla de Jeju

Pasamos cuatro días con la moto en los que recorrimos la costa este de la isla, visitamos  los alrededores de Seogwipo y fuimos a  la isla de Udo. En esta ultima, tradicionalmente las mujeres se dedicaban a mariscar como lo hacen los percebeiros gallegos, mientras los hombres cuidaban de la casa. Hoy día todas estas mujeres se dedican al alquiler de motos y coches eléctricos para los turistas que invaden la isla.

Sin embargo, los dos últimos días hicimos dos cosas que nos encantaron, y que están entre las mejores experiencias de Corea:

Parque nacional de Hallasan

En este parque hicimos una ruta que sube hasta el volcán que dio origen a Jeju. La ruta nos llevó todo el día y tuvimos que ir bien pertrechados y con suficiente agua. Además tuvimos que empezar temprano, ya que si no, no da tiempo a hacer la ruta entera y los guardas podían cerrarnos el paso si llegábamos demasiado tarde.

Inicio de la ruta

Lo que encontramos en la ruta fue un otoño coreano en todo su esplendor. Probablemente no lo sepáis, pero la mejor época para visitar Corea es en otoño por sus espectaculares paisajes, y esto es lo que pudimos apreciar en Hallasan.

Otoño coreano en el parque Hallasan

Al inicio de la ruta los árboles están todavía verdes, pero a medida que vas subiendo de altura, las montañas se vuelven más escarpadas, el sendero se hace más vertical y aparecen los colores marron, rojo, naranja y amarillos en el follaje de los árboles. La montaña se ve imponente por su verticalidad, a la vez que preciosa por sus colores. Es un paisaje que hacía que nos parásemos constantemente a observarlo con calma.

Tras disfrutar durante un par de horas de este paisaje, todo vuelve a cambiar, y entonces sobrepasamos las nubes y en vez de árboles ahora hay arbustos, más típicos de las zonas de altura. Finalmente, a tan sólo 1950m llegamos al punto más alto de toda Corea del Sur, desde donde pudimos ver el cráter del volcán. Todo un espectáculo

Agotados tras la parte más dura

¡Por encima de las nubes!

¡Por fin la cima! Al fondo el cráter del volcán

Jimjilbang en la ciudad de Jeju

¿Qué es un Jimjilbang? Los Jimjilbang son un concepto Japonés que está muy extendido en Corea y que consiste en edificios con baños y saunas separados por géneros y donde la gente va completamente en bolas desde el momento en que se entra. Además, es posible dormir en ellos, y eso es lo que hicimos nosotros.

El tema es que suelen ser muy baratos. Nosotros pagamos unos 6€ por persona, mientras que un hostal ronda los 15€ por cabeza.

Al principio quisimos pasar una noche solo como experiencia, pero nos gustó tanto que nos quedamos dos.

En el que estuvimos había 5 plantas: 1ª Recepción 2ª Baños y saunas para mujeres 3ª Zona común con suelo radial 4ª Baños y saunas para hombres 5ª Zona común sin calefacción.

Recepción del Jimjilbang

Como comprenderéis, no pudimos hacer fotos del interior del Jimjilbang, pero simplemente buscando Jimjilbang en Corea en Google podréis haceros una idea de cómo son estos lugares.

Evidentemente en las zonas comunes hay que ir vestido, pero tienes que llevar un pijama que te da el personal del Jimjilbang.

En la zona de baños y saunas hay varias piscinas con agua a distinta temperatura, saunas, también a varias temperaturas en función de lo que seas capaz de aguantar y un montón de duchas. Además hay una zona para relajarte y ver la tele fuera de las zonas de baño (por supuesto, en bolas).

Esto es todo una cultura. La gente pasa horas allí aseándose, relajándose, hablando de béisbol o viendo las noticias. Y nosotros la verdad es que le cogimos el gustillo, en especial María, pues el segundo día se llevó todos sus potingues para hacerse una sesión intensiva de cremas.

Tras más de una hora de aseo, nos pusimos nuestros pijamas y nos fuimos a la quinta planta, donde nos echamos a dormir en el suelo. Esta planta estaba llena de esterillas en el suelo a modo de cama. Para apoyar la cabeza, usaban un minúsculo ladrillo de goma-espuma forrado que hacía las veces de almohada. Parece incómodo, pero no os podéis hacer una idea de lo bien que dormíamos después de toda aquella sesión de higiene.

No siempre encontramos en el camino lugares idílicos como los que nos prometían los panfletos, a menudo buscas un lugar o una experiencia con muchas expectativas y acabas llevándote un chasco. Nosotros, creemos que no hay que obsesionarse con ver o hacer las cosas más populares, o por hacerse la foto en el lugar más idílico para subirla a las redes sociales. Como en el caso de la foto con el principito o la isla de Jeju, nosotros buscamos otras alternativas, que nos llevan siempre a tener experiencias inesperadas.

¡Y pide que el camino sea largo! ¡Lleno de aventuras, lleno de experiencias!

Seúl, entre lo tradicional y lo moderno

Luces por doquier, comida en la calle en cualquier lado y a cualquier hora y gente, mucha gente, diez millones. Tras haber estado en un país tan despoblado como Rusia, Seúl  fue agobiante para nosotros el primer día. Y es cierto que Moscú es más grande que la capital coreana, pero aquí esos 10 millones se hacen notar, ya que es una ciudad que vive en la calle.

Nos empeñamos en meternos en el centro de Seúl con Ulises y nos llevó muchas horas. El segundo día encontramos un parking al lado del río con zonas ajardinadas y una estación de metro al lado. Desde allí nos movíamos al centro con facilidad y conseguimos relajarnos después del primer día. Habíamos encontrado nuestro sitio en la ciudad.

Ulises en el centro de Seúl

Lo primero que hicimos fue caminar la ciudad, curiosear sus barrios y sus calles antes de meternos a ver monumentos. Si te das un paseo por el centro, cuando ya ha oscurecido, antes de la hora de cenar, podrás encontrar calles llenas de gente, donde hay cientos de tiendas de cosméticos que parecen discotecas con muchas luces y música a todo volumen. Esto forma parte de la cultura del país, ya que las coreanas dan mucha importancia al cuidado de la piel y llevan a cabo rituales antes de dormir que consisten en aplicarse en la cara hasta 10 productos distintos. Agua miscelar, mascarilla, tónico, sérum, loción, crema de cara… y algunas más que no recuerdo.

Calles de tiendas de cosméticos

Además de cuidar mucho la piel con cremas, tanto las mujeres como los hombres evitan ponerse morenos. En Corea y en el sudeste asiático en general, antiguamente, tener la piel era un signo de que pertenecías a la alta clase social y por el contrario, estar moreno, quería decir que pertenecías a la clase obrera. Aunque esta creencia haya desaparecido, tener la piel blanca es la moda aquí y de hecho a veces utilizan cremas que blanquean la piel de la cara más de lo que ya la tienen.

Todo esto se lo explicaron a María, que como imaginaréis, se encontraba en su paraíso. De hecho, llevaba tiempo esperando llegar a Corea para comprar sus cremas, ya que tienen fama de ser muy buenas y más baratas que en otros países.

Como ya hemos dicho, los coreanos viven en la calle, y a la hora de cenar, vayas al restaurante o puesto callejero que vayas, lo vas a encontrar a tope de gente. Da igual que sea un Martes, la gente después de trabajar sale a cenar con sus compañeros y con sus jefes y por supuesto, nunca falta el Soju en sus mesas.

Pinchitos al estilo coreano

Es bastante común que la gente salga a cenar y a tomar unos tragos después de trabajar. Siempre se ve gente vestida de traje y con su maletín del curro un tanto ebrios por la calle. La noche en Seúl es muy animada y es fácil contagiarse del ambiente. Lo cierto es que los coreanos están siempre de buen humor y riéndose, y más por supuesto, después de trabajar.

Bukchon Hanok Village

Calles en Hanok village

Saliendo del bullicio del centro, pudimos encontrar un barrio muy tranquilo de casas típicas coreanas llamado Bukchon Hanok Village. Hanok es el nombre que reciben estas casas tradicionales. A día de hoy la mayoría son talleres de artesanía coreanas, pero se pueden visitar gratis y de esta manera hacerte una idea de cómo se vivía en Corea antiguamente.

Patio típico de las casas tradicionales coreanas

Estas casas parecen sacadas de una película de Samuráis. Tras entrar por una puerta grande con un gran arco, pasas al patio interior, en torno al cual se construye la casa. Los interiores del edificio son diáfanos y con pocas habitaciones. Las puertas y las ventanas son de madera, cubiertas con papel en vez de cristales. Y para acabar tenían un ingenioso sistema de calefacción radiante igual al que usaban los romanos en España. Hacían pasar el humo de una hoguera por unos conductos que había debajo del suelo de la casa.

Interiores minimalistas en las casas tradicionales coreanas

Pasillo que separa el patio de los espacios de la casa

Mercado Gwangjang

Y como no íbamos a visitar un mercado en Seúl. El mercado Gwangjang es espectacular. Aquello era un hervidero de gente vendiendo, comprando, comiendo o simplemente visitando el lugar. Entramos por una de las galerías que atraviesa todo el mercado de lado a lado. Desde la entrada no se podía ver el otro extremo. Lo recorrimos poco a poco para no perder detalle de los diferentes productos que vendían allí. Pescado deshidratado, tortillas de soja, vísceras, verduras y frutas, una especie de masa gelatinosa de arroz, tortitas que una vez hechas las ponían al vapor, una especie de caramoelos de arroz, varios postres y muchísimas cosas más.

Teníamos ganas de probarlo todo (menos las vísceras) y necesitamos dar dos vueltas al mercado para decidir dónde comer. Finalmente nos dejamos llevar como siempre y  nos sentamos en un puesto donde unos hombres muy majos nos habían insistido en que nos sentásemos con ellos. Nos invitaron a Soju y nos dieron a probar algunos de sus platos, como las tortitas al vapor. Nosotros pedimos Bimbap, que es la versión coreana del sushi, gyozas y la masa gelatinosa de arroz a la cual le añadían una salsa roja muy picante que hacían en una sartén enorme a fuego lento.

Masa de arroz cocida a fuego lento con una salsa picante

Palacio de Gyengbokgung

Entrada al palacio de Gyengbokgung

El palacio de Gyeongbokgung es el mayor atractivo de Seúl. Es una zona fortificada en cuyo interior se encuentran numerosos palacios reales. Aquí es donde antaño vivían los reyes y gobernantes del país, y donde se llevaba a cabo toda la gestión política y militar.

Interiores del recinto del palacio

La mayoría de los edificios estaban destinados como vivienda para la realeza, la cual iba cambiando a lo largo del tiempo hacia edificios más modernos. Pero otros muchos son salas de fiestas, lugares donde se reunía con sus consejeros, otros para sus militares…

Lugar donde se celebraban las fiestas de palacio

Todo este complejo fue destruido en torno al siglo XVI por los japoneses y más tarde, en el siglo XX, con la ocupación de los mismos, muchos edificios fueron modificados o destruidos. A día de hoy todo es una reconstrucción de lo que había antaño.

Interior de uno de los edificios

Ensayando para un espectaculo de bailes tradicionales

Es curioso ver que el país con el que sin duda, más parecidos culturales guarda Corea, es a su vez su eterno enemigo. Y es que los japoneses pocas veces han dado descanso a los coreanos a lo largo de la historia. En el palacio de Gyeongbokgung se puede aprender un poco del pasado coreano, así como de algunos personajes relevantes de su historia, como la emperatriz Myeongseong. Esta gran mujer, fue asesinada en el mismo palacio por asesinos japoneses, tras haber frustrado los planes de invasión de éstos.

Además de los sitios típicos de Seúl, conocimos el barrio de Hongdae, una zona universitaria con mucha fiesta y frecuentado por los backpackers. Desde uno de los innumerables puentes de la ciudad, pudimos asistir a la exhibición de fuegos artificiales más espectacular que hayamos visto y que duró más de una hora. Y por último, visitamos el famoso barrio “pijo” de Gangnam que inspiró a la canción Gangnam style y aunque carece de verdadero interés, se puede ver una versión de Corea más moderna.

Biblioteca publica donde cualquiera podia coger un libro para leerlo. No habia que registrarse y ni siquiera habia una recepcion

Publicidad coreana. Entendeis algo?

Fuegos artificiales en Seúl

Un dia normal en las calles de Seúl

Para acabar nuestra estancia en Seúl, nuestro amigo Soonki nos llamó y nos dijo que esa noche iría a la ciudad a cenar con un amigo japonés y que si queríamos acompañarlos. Os acordais de Soonki? hablamos de él en nuestro post Corea nos recibe con los brazos abiertos

¡Qué mejor manera de despedirnos de Seúl!

Cenando con Soonki y su amigo japones

Quisimos preguntarle a Soonki por la situación entre Corea del sur y sus vecinos del norte y su respuesta distaba mucho de lo que nos cuentan por la tele. Resumiendo mucho la larga conversación que tuvimos, lo que nos vino a decir fue algo así:

El problema de Corea es su situación geográfica. Se encuentra situado entre el mundo capitalista y el mundo comunista. Y por tanto el lugar perfecto para una guerra es ni en tu casa ni en la mía, ¡en la del vecino!

Al norte y oeste tenemos los apoyos de Rusia y China, países tradicionalmente comunistas y que apoyan a Corea del Norte. Y al oeste, del lado de Corea del Sur, están las potencias capitalistas Japón y EEUU. (Esta historia ya la hemos visto antes en Vietnam). Como resultado una Corea del Norte comunista y una Corea del Sur capitalista. Nosotros le insistíamos mucho en que el norcoreano está un poco loco y para nuestra sorpresa él le quitaba importancia y nos insistía en que sólo sabemos lo que nos cuentan.

Si nos vamos a datos más concretos, el hecho es que en Corea del Sur hay mucho capital extranjero, hay muchas empresas con grandes inversiones en el país a las que no les interesa una guerra pues eso supondría perder mucho dinero.

Por otro lado, EEUU para contar con un ejército puntero en cuanto a tener lo último de lo último, necesitan un mercado al que vender su armamento de segunda mano, ¿adivináis a quien se lo venden? Exacto, a Corea del Sur, ante la continua amenaza de sus vecinos del norte…y ¿qué pasaría si no existiese el conflicto? Pues que Corea del Sur no necesitaría estar armada hasta los dientes.

En conclusión, nos encontramos ante una situación en la que una guerra beneficiaría a unos y perjudicaría a otros, así que ¿cual es la solución? Mantener la tensión. De esta manera el país sigue armándose y comprando armas a los EEUU para prepararse para una guerra que no va a ocurrir (al menos a corto plazo) porque a los grandes inversores en el país no les interesa.

No se puede resumir en unas líneas todo el conflicto entre las dos Coreas. Probablemente sea mucho más complejo. Pero hemos querido mostrar otro punto de vista de la situación, que sin duda demuestra que no todo lo que nos cuentan es cierto.

Y así nos despedimos de Seúl y de Soonki definitivamente. Nos fuimos sabiendo un poco más de la historia de este gran país, de su cultura y de su política.

¡Y pide que el camino sea largo! ¡Lleno de aventuras, lleno de experiencias!

Un poco de mar y montaña

Nuestros primeros días en Corea, en el monasterio de Woljeongsa, fueron muy intensos. Muchas cosas nuevas aprendidas, muchas experiencias y sólo llevábamos dos días allí. Así que necesitábamos descansar un poco.

Decidimos ir a la playa, no a una en particular, simplemente poner rumbo al punto más cercano de la costa y buscar allí. Recorrimos las montañosas carreteras hasta llegar al mar. Tan sólo tardamos una hora, lo que nos resultó hasta extraño, ya que veníamos de Rusia, donde cada vez que decidíamos ir a un sitio nos llevaba varias horas llegar a él.

Carreteras montañosas que hacían sudar a Ulises

Hay que decir que nuestros primeros kilometros en Corea fueron muy estresantes. Ya no estaba Soonki guiando nuestro camino, así que tuvimos que apañarnosla solos y habituarnos a las señales de tráfico coreanas. Lo peor eran los cruces, si había semáforos estaban después del cruce, no antes como en Europa y si no había semáforo no teníamos claro que señal indicaba la prioridad de cada vía. Además las señales de desvío están justo en el mismo lugar donde el mismo desvío y con un cartel muy pequeño…todo eran trampas!

¿Entendeis algo de a donde hay que ir?

Por suerte pudimos llegar a la playa sin ningún incidente y con la furgoneta de una pieza.

¡Y por fin la playa!

Pronto nos dimos cuenta de que en todas las playas había zonas de acampada, donde la gente montaba unas tiendas que eran auténticas mansiones. Pero para nosotros lo mejor fueron los baños públicos. Los había por todos lados ¡y tenían hasta hilo musical! Aparcábamos la furgoneta en parkings abiertos, nos duchábamos en bañador y teníamos unos estupendos baños al lado. Además, como no había muchos coches en los parkings sacábamos el toldo ocupando dos plazas y de esta manera teníamos una terraza para hacer vida en primera línea de playa. Que más se podía pedir.

Zona de acampada en la playa

Baños públicos

Nuestra casita a orillas del mar

En esta zona de Corea el surf es muy popular. No os imaginéis a grandes surfistas bronceados por el sol desafiando inmensas olas, si no más bien, cientos de coreanos con trajes de neopreno largo (a pesar del calor), gorra y la cara blanca de toda la crema que se han echado. A pocos metros de la playa estaban todas las escuelas de surf, las motos llevaban un artilugio para poder portar las tablas colgadas a un lado y muchos coreanos se teñían el pelo de rubio. Todo parecía una imitación de la imagen idealizada del surf en Estados Unidos.

Escuela de surf

Mirad los supersurferos del fondo

Toda esta estampa nos resultó cuanto menos graciosa. Al fin y al cabo, eso también forma parte de Corea y no dejaba de haber un buen ambiente que nos atraía, por lo que nos quedaríamos hasta que durase el buen tiempo. Si algo habíamos aprendido en estos meses de viaje, es a quedarnos en un sitio cuando estabamos a gusto. Cuantas veces en Rusia nos fuimos de algún sitio estupendo porque teníamos otros planes, para que al final esos planes no saliesen como esperábamos.

Una mañana, cuando ya estábamos listos para seguir buscando playas más al norte, apareció un coreano que mediante señas me dijo que teníamos las ruedas con poca presión y trás mucho discutir con él, entendimos que en Corea no puedes inflarlas en las gasolineras. Todo esto era muy raro. ¿Qué quería este coreano? ¿Cómo no se va a poder inflar las ruedas en la gasolinera? Empezó a hablar con su compañero y a hacer algunas llamadas. Se empeñó en que había que solucionar aquello. Entonces se me pasó por la cabeza un comentario en un foro, sobre que los coreanos van de buenas y luego te la dan con queso.

Les dijimos que no se preocupasen, que ya lo solucionaríamos y que teníamos prisa, pero era demasiado tarde…ya habían llamado a una grúa ¡Lo que nos faltaba! Entendernos con nuestro seguro coreano para hacer papeles en coreano…Mientras intentabamos hacernos entender y ya dispuestos a montarnos en el coche e irnos, llegó una especie de coche taller, se bajó un hombre y cogió un compresor.

Inflandole las ruedas a Ulises

Inflaron las ruedas y tras terminar, hicieron fotos a la matrícula del coche de los coreanos y firmaron unos papeles. Ahora lo entendíamos todo. Dieron un parte a su seguro para que viniese la grúa a inflarnos las ruedas. Nos dijeron que solo querían ayudarnos, que no podían dejar que fuésemos por la carretera con las ruedas mal. Nunca nos pidieron nada, ni dinero ni documentos, sólo que cuando volvamos a España contemos que los coreanos son buenas personas y que les gusta ayudar a la gente.

Sorprendidos por lo que nos acababa de pasar, seguimos nuestro camino hacia el norte, donde poco a poco iban desapareciendo las escuelas de surf para dar paso a playas llenas de alambre de espino. Aquí sí que se notaba el conflicto con sus vecinos del norte. Las playas parecían preparadas para evitar una invasión. Muchas no eran accesibles, ya que había grandes alambradas que impedían el paso. Además, todas estaban muy bien iluminadas por la noche para poder controlar cualquier anomalía.

Con todo esto llegamos hasta Sokcho, donde pasamos el día y nos preparamos para conocer un parque nacional coreano.

No nos hemos teletransportado a Wall Street, son las calles de un pequeño pueblo pesquero

Parque nacional de Seoraksan

Entrada al parque de Seoraksan

El parque nacional de Seoraksan está considerado el más bonito de Corea, así que teníamos que conocerlo. Decidimos hacer una ruta de un día que nos llevaría hasta el pico Ulsanbawi. Sobre el mapa la ruta parecía muy dura, ya que había tramos donde hacer un kilómetro llebaba más de una hora.

Inicio de la ruta

En Corea, el treking es otro de los deportes populares del país. Muchísima gente hace senderismo por las montañas coreanas, que están llenas de parques nacionales. Las rutas están muy preparadas para que todo el mundo las pueda hacer. Las partes más simples son caminos de tierra y piedras, pero cuando la cosa se complica hay pasarelas de madera y a menudo puentes colgantes para pasar los ríos. No obstante han conseguido hacerlo de tal forma que la ruta no pierda el encanto.

La primera pare de la ruta discurre al lado de un río, el cual deja unas estampas muy bonitas y tras una hora de caminata empieza la subida de verdad. Atraviesas el bosque por una ruta que consiste unicamente en escalones y la subida empieza a ser dura.

Las ardillas abundan en el parque

Nos llamó la atención que los coreanos, a pesar de estar sudando (igual que nosotros), cuando nos los cruzábamos olían a flores! A pesar de lo duro de la caminata, su aspecto era de alguien que acababa de salir de la tienda donde se ha comprado todo el material de montaña. Y es que los coreanos son muy presumidos, les gusta ir bien vestidos y además, el tema de la higiene está muy arraigado en la cultura. Lo cual nos venía genial, ya que gracias a ello había muchos baños públicos en muy buenas condiciones.

Coreanos perfectamente equipados y oliendo a flores

Justo antes de llegar al punto más crítico de la ruta, había un templo muy curioso que estaba escabado en la roca donde además sonaban sin cesar las oraciones budistas al son del cuenco de madera que utilizan como instrumento.

Entrada a un templo esculpido en la roca

Templo en el interior de una gran roca

A pocos metros de este templo empezaban las escaleras que te llevan a la cima. La subida es dura y en algunas zonas las personas con vértigo (como yo) lo pueden pasar un poco mal.

Escaleras a la cima

Vistas del parque

Tras una hora de subir escaleras, por fin alcanzamos la cima! Y cómo no, las mejores vistas del camino. Valles rebosando de árboles, rodeados por unas espectaculares motañas de las que salían grandes picos de piedra como si intentasen escapar de ser cubiertos por la intensa vegetación. Para completar aquella mágica escena, se podía ver perfectamente como las nubes subían desde el valle hacia lo alto de las montañas empujadas por el viento.

¡¡Y por fin la cima!!

Por todo el parque hay sitios para poder beber y descansar y si haces rutas de varios días, no hace falta que lleves tu tienda de campaña, hay refugios (Shelters) en puntos estratégicos para dormir, que cuestan unos 5€ por persona. Se podría decir que Corea es el paraíso del senderismo, pues como veríamos más tarde, así era en todos los parques nacionales.

Buda enorme que se encuentra en este parque

Al final de la tarde estábamos de vuelta en la playa, pero las nubes empezaron a asomar por el horizonte y por la noche llovió bastante. Esto marcó el final de los días de playa y naturaleza, en dos días estaríamos en Seul.

¡Pide que el camino sea largo! ¡Lleno de aventuras, lleno de experiencias!

Corea nos recibe con los brazos abiertos

Estábamos llegando a Corea. Ya se veían sus costas desde el barco y nosotros estábamos ansiosos por llegar. Pasamos las 24 horas del viaje aburridos, andando por el barco y viendo memorias de África (muuuy recomendable e inspiradora si aún no la habéis visto). El viaje se nos hizo eterno, pero siempre pasa cuando tienes tantas ganas de llegar a un sitio.

No nos habían dado buenas referencias de este país. Chris, el escritor que nos encontramos en el Baikal, nos dijo que los coreanos tenían siempre presente en sus vidas el miedo de que estallase la guerra; un italiano que conocimos en el barco, pensaba que los coreanos eran como niños caprichosos y leímos posts de gente que decía que este país les había defraudado.

Pero este tipo de cosas no nos desilusionan, todo lo contrario, nos dicen que tenemos ante nosotros un país nada turístico que podemos descubrir nosotros mismos y lejos de hacer que nos echemos atrás, hace que tengamos aún más ganas por conocerlo.

Llegando a Corea

Y tras todas estas reflexiones, por fin llegamos a tierra. Bajamos del barco a pie y fuimos a pasar el control de pasaporte, donde nos tomaron fotos y huellas digitales. Ya estábamos fichados en Corea. Nos llevaron a la entrada de la terminal y nos hicieron esperar. Entonces, un Coreano vestido de motero, empezó a hablar con nosotros y nos contó que llevaba viajando 13 meses con su moto. Había estado en Europa, Rusia, Kazajistán, Mongolia… Y había cogido el mismo Ferry que nosotros para volver a casa. Así  es como conocimos a Soonky.

Con nuestro amigo Soonki

Soonki nos contó, que cuando estuvo en España, un chico le reparó la moto entera gratis y por tanto se sentía en deuda con los españoles y cosas de la vida, ahí estábamos para ser ayudados! Así que nos invitó a pasar un par de días con él. Ahora la pelota está en nuestro tejado, tendremos que ayudar a alguien que esté en nuestra situación llegado el momento.

Restos de la bandera de España que Soonki tenía en su moto

No podíamos haber tenido más suerte. Llevábamos dos meses en Rusia, dos meses de muchos kilómetros, en los que nos habíamos acostumbrado a Rusia, a su comida, a sus costumbres, a su lengua, a sus paisajes y a sus larguísimas y horribles carreteras. Pero Corea no tiene nada que ver con lo que hemos hecho hasta ahora. Cuando vamos al supermercado, no sabemos para qué sirven la mitad de las cosas, el idioma es radicalmente diferente, con figuritas y dibujitos en vez de letras, no entendemos su cultura, sus carreteras… Sus carreteras son increíbles, pero las señales de tráfico no tienen ningún sentido. Así que como comprenderéis, Soonki nos vino muy bien esos primeros días para hacernos al país y resolver nuestras dudas.

Aceptamos la invitación de Soonki, y tras hacer todo el papeleo para poder circular con nuestra furgoneta por el país, nos pusimos en marcha. Nuevamente volvíamos a ser un grupo de tres. Nos acordamos muchísimo de nuestro amigo Fernando, que nos acompañó en nuestro primer mes por Europa y que siempre iba a la cabeza de este grupo. Esta vez era Soonki el que iba delante con su moto.

 

Estancia en el Monasterio Budista de Woljeongsa

Puerta de entrada al monasterio de Woljeongsa

Ese mismo día nos llevó al monasterio de Woljeongsa en el parque nacional de  Odaesan, a unos 90 km al noroeste de Donghae donde nos quedaríamos unos días.

De primeras un templo puede parecer un centro turístico que visitar, pero la vida del templo va mucho más allá!

Estatuas de madera típicas en los monasterios, que representan a los protectores del templo

Camino hacia el monasterio

 

En este monasterio budista Soonki pasó un mes de retiro hacía ya algunos años. Nosotros nos quedaríamos un par de noches allí, la primera en la furgoneta, la segunda nos dieron una habitación para huéspedes.

Habitaciones para huéspedes

En Corea es bastante común las estancias en estos monasterios. La gente va a meditar, a sentirse en paz, o simplemente a relajarse de sus estrenadas vidas. Estas estancias conllevan levantarse a las 4:30 para la oración de la mañana, meditar, desayunar a las 6:30 a base de arroz y verduras, realizar trabajos comunitarios, comer arroz y verduras, pasear por los bonitos alrededores, cenar arroz y verduras, asistir a la oración de la tarde, conversar con monjes mientras toman un té y acostarse a las 9 para descansar.

Desayuno, almuerzo y cena típica de los monasterios budistas

Nosotros no participamos en todas las actividades del monasterio, pero sí en algunas, cómo por ejemplo la primera oración de la mañana. Teníamos mucha curiosidad por conocer en qué consistían los rituales budistas y no nos lo podíamos perder, aunque levantarnos a las 4 de la mañana fue algo durísimo (como dice una amiga, anda que si el cura de nuestro pueblo nos dice que hay que ir a las 4.30h de la mañana a misa ?) pero la experiencia lo merecía, además ya que nos invitaban a alojarnos allí, que menos que asistir a algún oficio).

Así que el día comienza cuando uno de los monjes empieza a tocar la campana para ir al primer oficio del día:

En ese momento nos dirigimos al único templo iluminado del monasterio.

Nada más llegar al templo donde se celebraba la ceremonia, cogimos una esterilla y nos limitamos a hacer lo que hacían los demás. Lo primero que había que hacer era saludar a Buda. Esto se hacía poniéndose de rodillas en la esterilla, sentándose sobre los talones, para después llevar la cabeza hasta el suelo, tocándolo con la frente y con las manos a los lados y las palmas hacia arriba.

Tras hacer esto nos quedamos de rodillas en la esterilla, esperando a que los monjes llegasen, tiempo que la gente dedicaba a meditar. Nosotros por supuesto hicimos lo mismo. Un poco después entraron los monjes. Todos ellos llevaban la cabeza rapada y vestían una especie de kimono gris, que tenían impoluto y sin una arruga y sobre el que se ponían un hábito de color naranja muy oscuro.

Monje budista con sus hábitos de la ceremonia

Caminaron silenciosamente por el templo, hasta llegar al otro extremo, donde cogieron su esterilla y se arrodillaron como nosotros.

Entonces un monje empezó a cantar y otro a tocar un instrumento llamado Moktak, que sonaba igual que los palillos de madera que tocábamos en clase de música en el colegio y que  marcan con el ritmo cuando hay que arrodillarse y postrarse ante Buda, lo cual hay que hacer durante toda la ceremonia. Nosotros no entendíamos nada de lo que cantaba el monje, pero esos cánticos, en aquel lugar, donde todo (el templo, los monjes, sus cánticos…) desbordaba armonía, hizo que sintiesemos una sensación muy agradable. Los pensamientos se detienen y te limitas a escuchar y a seguir el ritmo de la ceremonia. A estar presente en aquel templo.

Camino del comedor para desayunar

Después de la ceremonia nos fuimos a dormir una horita antes de desayunar. Más tarde, en el desayuno, pudimos deleitarnos con la comida típica de los templos budistas: arroz, verduras y tofu. Nada de huevos, ni carne, ni pescado; ni siquiera café leche o algún zumo, sólo agua.

Seguidamente fuimos a dar un paseo matutino.

Alrededores del monasterio

Este monasterio está ubicado en un parque nacional, así que el resto del día lo dedicaríamos a visitar los otros monasterios del parque y hacer una pequeña ruta. Es increíble ver esos monasterios con esos tejados tan característicos, grandes y llenos de colores, entre las imponentes montañas coreanas, donde parece que se han hecho un hueco entre la vegetación.

Típicos tejados de los monasterios budistas

En muchos monasterios suele haber un templo lleno de budas de muchos tamaños. Se les llama el templo de los mil budas

Comimos en uno de esos monasterios, ya que ofrecían comida gratuita a todos los visitantes, y acabamos comiendo lo mismo que habíamos desayunado. El menú de los monasterios no alberga mucha sorpresa!

Para volver al monasterio donde nos alojábamos había que recorrer parte de este precioso parque Nacional de Odeasan así que pasamos la tarde maravillados con este entorno.

Cementerio de algunos monjes budistas ilustres

Un poco perdidos

En el parque había esculturas hechas con la naturaleza


Finalmente para acabar el día, fuimos a visitar a una monja budista, que impartía clases en el monasterio. Charlamos con ella mientras tomábamos un té y nos introdujo un poco en el mundo de la meditación y su filosofía de vida.
Lo que ella nos dijo, es que no hay que pensar nada más que en lo que estás haciendo en ese momento, centrarte en el preciso instante que estás viviendo, y no dejar que tu mente se distraiga pensando en situaciones pasadas ya vividas o en las futuras, que no sabes cómo serán. De esta manera es como evitan las preocupaciones, los miedos y en definitiva el sufrimiento o como decía Kavafis en su poema Itaca, los monstruos del camino.

Charlando con una monja budista

Los budistas meditan constantemente, ejercitan su mente con cada cosa que hacen. Ella nos puso el ejemplo de que en ese momento estaba tomando una taza de té y que por tanto se concentraba en su aroma, en su gusto, en si estaba caliente o frío. No pensaba en si tenía mucho trabajo, o si había hecho algo en el pasado que podría haber hecho de otra manera. En su mente solo estaba la taza de té.

Nosotros ya sabíamos un poquito sobre meditación, pero para los budistas no es solo un pequeño ejercicio que practican de vez en cuando, para ellos es un estilo de vida.

Con todas estas enseñanzas y nuevas vivencias nos despedimos al día siguiente del monasterio y de nuestro nuevo amigo Soonki. No podíamos estarle más agradecido. Corea nos había recibido con los brazos abiertos.

Última foto antes de despedirnos de Soonki

¡Y pide que el camino sea largo! ¡Lleno de aventuras, lleno de experiencias!

ALTAI: un regalo del camino.

En nuestro particular viaje a Itaca, nos topamos con ALTAI por casualidad. Por eso podríamos decir que ALTAI es de esos lugares que te regala el camino.

Vimos que nuestra guía hacía referencia a este sitio, pero ni mucho menos nos pillaba de paso. Entonces decidimos preguntar a algunas personas que nos encontramos en nuestro camino y cada vez lo teníamos más claro, teníamos que ir a este lugar, para ellos era como la piedra preciosa de Siberia!

Altai es una región situada en una zona montañosa casi virgen en muchas zonas, pero empezando a estar invadida por el turismo de nuevos rusos (nuevos ricos) en otras zonas, así que hay que darse prisa si se quiere conocer tal y como es ahora.

Ulises ante las imponentes montañas de Altai

El pueblo Altai era un pueblo nómada en su origen, pero que se asentó al formar parte de Rusia.  Además geográficamente limita con Mongolia, Kazajistán y China. Como resultado, desde el punto de vista religioso por ejemplo, es una mezcla de tradiciones chamanistas (que vienen del antiguo pueblo Altai) budistas  (por su proximidad a Mongolia y al Tíbet) y ortodoxas (por influencia rusa). 

Mapa de Altai


CHUYSKY TRAKT

Altai está unida a Rusia por la famosa Chuysky Trakt, considerada la carretera más bonita de Siberia (hecho del que damos fe) y más tarde nos enteramos de que está en el top 10 de los mejores viajes por carretera del mundo de la National Geographic ?, de lo cual no teníamos ni idea! Pero corroboraba que aquello que recorrimos era algo fuera de lo normal.
Se trata de 966km de carretera desde Novisibirsk hasta la frontera con Mongolia. La parte más bonita es como la última mitad del trayecto. ¿Y porque es tan espectacular? Pues quizás lo que la hace particular es que es una sucesión de paisajes espectaculares, a veces completamente diferentes tras varias curvas.

En Altai la carretera siempre serpentea al lado de un río

La primera parte es una carretera paralela al río, un río de color blanquecino, por la cantidad de sedimentos que arrastra desde las montañas donde nace y con un caudal impresionante, nos preguntábamos de dónde saldría tanta agua! Vimos muchas barcas haciendo rafting y tal era el caudal, que no tenían ni que remar…y aquí decidimos que sería nuestra primera parada en Altai: buenas vistas, tranquilidad, agua limpita y sin mosquitos!! (vinimos un poco escarmentados de los mosquitos siberianos y huíamos de ellos como de la peste ?).

Tras un par de días de relax, seguimos descubriendo esta preciosa carretera…y el espectáculo comienza! Grandes montañas empiezan a aparecer y si has tenido la suerte de que llueva (no es irónico, es la primera vez que digo esta frase de verdad) y haga sol como nos pasó a nosotros, aparecen los arcos iris más espectaculares que hemos visto nunca. En cada curva el arcos iris aparecía de una forma diferente, estábamos deseando llegar a la siguiente curva para ver la siguiente sorpresa!!

Arco iris doble

Arco iris completo

Arco iris en formación

Y unas espectaculares vistas.

Luego la carretera daba lugar a zonas más pedregosas.

Pero estas zonas pedregosas también tienen pequeños tesoros! Aquí se pueden encontrar petroglifos que muestran por ejemplo cuando este pueblo nómada empezó a domesticar los caballos. Y es increíble, como este acontecimiento (la domesticación de caballos) hoy en día en esta zona, es casi igual de importante como lo era hace miles de años.

Descubriendo petroglifos

 
O de repente encuentras microclimas donde se daban los árboles frutales (que aunque a nosotros nos pueda parecer lo más normal del mundo, en esta zona de Rusia es todo un acontecimiento).

También es fácil encontrar  pequeños santuarios improvisados: árboles con tiras de tela blanca (es una de las tradiciones en Altai para rendir honor a sus ancestros).

Y de lo espiritual a lo material! Como nos gustan esos puestecitos en los lugares más reconditos o esos mercadillos junto a la carretera de todo tipo de cosas. ?

Puestos de venta de pieles

Puestos de todo un poco

Negociando precios

 

A menudo con una temática común (el frío) y es que aquí debe hacer un frío que pela y aunque nosotros tuvimos más de 30 graditos, no desaprovechamos la oportunidad de comprar unos buenos calcetines mongoles de lana de camello.La última parte de la Chuysky trackt desemboca en El Valle de Kuray y aquí el paisaje se vuelve casi lunar, pero con unos espectaculares picos nevados de las montañas más altas de Siberia.

¡Calcetines calentitos!

 
Y la sorpresa está casi al final de la ruta donde unas espectaculares montañas asoman. Son los picos más altos de Siberia, algunos con sus más de 4000m, permanecen nevados todo el año.

Valle de Kuray

Bueno y además de descubrir esta ruta, estuvimos andurrendo por la zona y establecimos nuestro campo base en Chibit, uno de los últimos pueblos de la zona “verde”, donde encontramos por casualidad un sitio perfecto para descansar y como siempre buscamos, con acceso a agua limpita!

JA en busca de agua para Ulises

Aquí también  aprovechamos para dar un paseo en caballo y así descubrir otras zonas que con Ulises no podíamos llegar.

Es curioso que la manera que tienen de montar a caballo no es la misma que conocíamos hasta ahora. La diferencia principal es que aquí dirigen casi completamente al caballo con las manos: bocado, riendas y una especie de cinchas que salían de la montura ( en sustitución de los estribos). Vamos que con estribos o sin ellos guían al caballo igualmente y el chico que nos guiaba  parecía sacado de las estepas de Mongolia! 

Y como os decía, gracias a esta ruta, llegamos a sitios recónditos:

Para despedirnos de Altai, os dejamos con esta simpática foto que nos mandó un amigo ruso que hicimos en Kochevnik:

Aunque pasamos unos días inmejorables, nos quedó una pequeña espinita…habíamos visto un camino horrible para conducir, pero que debía ser precioso y que no nos atrevimos a hacer porque consideramos que aún no estábamos suficientemente equipados ? (no teníamos pala para desenterrar a Ulises si nos quedábamos atascados y solo llevábamos una rueda de repuesto) y puede parecer una tontería, pero si un ruso te dice que una carretera es muy difícil, échate a temblar!

Así que este es el primer lugar de nuestra lista de sitios a los que tenemos que volver!

Por ello…pide que el camino sea largo! Pero que te pille con 2 ruedas de repuesto ?

Austria: Alpes, lagos, vías ferratas, bonitas ciudades y Viena!

Hola Itamigos!!!

Seguimos en ruta 🙂 y cada vez más hechos a Ulises, a la vida nómada y a Fernando (nuestro amigo que nos acompaña hasta Rusia).

Ninguno de los dos conocíamos este país, era el primer país de la ruta completamente nuevo para nosotros y sin duda ha sido una muy buena sorpresa… es un país que lo tiene todo excepto el mar! Pero tampoco le hace falta…

Entramos en Austria solos porque dejamos a Fernando en Bolzano, él y su moto querían hacer la ruta de los Dolomitas y nosotros consideramos que debíamos dar un descanso a Ulises y coger una ruta más facilita. Así que tomamos la carretera que va de Bolzano, en los Alpes italianos, hasta Innsbruck, capital del Tirol, sí sí el Tirol donde cantan esa melodía que todos conocemos y donde muchos hombres a día de hoy siguen utilizando el típico pantalón tradicional! Y es que en general, Austria es un país de tradiciones.

Trajes tradicionales del Tirol

INNSBRUCK

Innsbruck es una bonita ciudad rodeada de enormes montañas y atravesada por un río que bien merece una visita que nosotros hicimos rápidamente, pues teníamos unas temperaturas desorbitadas de 35grados!!! Yo creía que tan al norte los termómetros no conocían esas temperaturas…

Así que nos dimos un paseo por el centro de la cuidad y seguimos ruta, ya con nuestro amigo y sufridor Fernando.


Después de Innsbruck seguimos hacia Salzburgo, ojo! Porque en Austria se necesita viñeta, es una pegatina que tienes que comprar y pegar en el parabrisas para circular por autovía sin que te multen (hay una empresa que se dedica exclusivamente a chequear cámaras y ver que los coches llevan esta pegatina).

SALZBURGO

Salzburgo es una ciudad con mucha historia y mucho que contar!!

Fortaleza Hohensalzburg presidiendo la ciudad

Su nombre viene de las antiguas barcas de sal que pasaban por aquí y que al llegar a esta ciudad tenían que pagar  un impuesto.

Aquí nació Mozart, aquel compositor que a los 5 años ya componía obras musicales (sigo sin dar crédito a este hecho) y se pueden ver alusiones a este famoso personaje por todos lados… una escultura enorme en su honor, su casa, bolas de chocolate con su nombre y todo tipo de souvenirs! Y es que en general esta ciudad respira arte por todos lados!

Y esta ciudad no fue solo importante en el pasado, también en el presente…ya que aquí están las oficinas centrales de RedBull así como su fábrica, esa marca de bebidas que se ha hecho la abanderada de todos los deportes de riesgo a alto nivel.

Y podría hablaros de muchos rincones, iglesias, plazas merecedoras de una visita, pero lo que hacemos nosotros y lo que recomendamos, es dejarse llevar y descubrir sus calles dejándose perder por el centro histórico…y como no, subir hasta la fortaleza Hohensalzburg, que preside la ciudad. Alrededor de esta fortaleza hay bonitos senderos donde perderse e imaginarse cómo sería aquello hace cientos de años, además, no están nada transitados por turistas y eso forma parte de la magia ?

Y desde Salzburgo seguimos hasta el lago Attersee, al encuentro de nuestro amigo Javi.

ATTERSEE Y ALREDEDORES

Con nuestro amigos Javi y Fernando

Este lago es un precioso lago de aguas cristalinas, donde el mismo Gustav Klimt veraneaba y que aparece en varias de sus obras. Nosotros aprovechamos para refrescarnos y pasar una estupenda tarde junto al lago con amigos.

En los alrededores del lago se pueden hacer muchas actividades, nosotros, guiados por nuestro amigo Javi, hicimos una vía ferrata, o lo intentamos! El entorno era espectacular y la vía toda una prueba contra el miedo a las alturas.

Vía ferrata

Y para relajarnos después de tantas emociones desconocidas, nos fuimos al lago Gosausse, un espectacular lago con un glaciar donde poder darse un bañito con vistas espectaculares (no apto para frioleros).

Una visita obligada fue la del pueblecito de Hallstatt (Patrimonio de la humanidad por la Unesco) y que a los chinos les gusta tanto que lo han replicado en su país ? y doy fe que les gusta porque no hacíamos más que preguntarnos cómo era posible que hubiese tanto chino en un pueblo perdido en las montañas de Austria!

Hallstatt y sus turistas

El pueblo precioso, eso sí! Pero sobreexplotado para mi gusto ?

Y una vez que despedimos a nuestro querido Javi (gracias Javi por aguantarnos tan pacientemente ?) nos dirigimos hacia Viena!

VIENA

Y que decir de Viena…pocas ciudades más espectaculares hemos conocido…

Esta ciudad, hoy en día, gracias a su neutralidad es sede de numerosos organismos internacionales pero fue en el siglo XIX cuando alcanzó su máximo esplendor, como capital del Imperio austrohúngaro…y de esa época datan numerosos edificios, es increíble el hecho de que mires por donde mires puedes encontrar por Viena un edificio espectacular (casi como los chinos en Halsttat!). 

Palacios, museos, edificios públicos… hay una lista interminable que serían dignos de un post ellos solos! A nosotros particularmente nos fascinó la famosa ópera de Viena que además sigue en activo, donde se celebra el mundialmente conocido concierto de Año Nuevo. Al entrar en este edificio, te transportas a otra época.

Escaleras principales de la ópera

Tuvimos la suerte de pasar por allí justo cuando iba a comenzar una obra y estaba abierta, si no, está cerrada y no se puede visitar. La gente va con su mejores galas como antaño, nosotros íbamos vestidos de guiris con nuestros chubasqueros ?

Disfrutamos muchísimo de esta ciudad descubriendo jardines y edificios.

Karlskirche y sus esfinges

Entrada al barrio de los museos

Sin duda, es una ciudad a la que volveremos, sobretodo para ir a la Ópera!

Y para acabar, algunas curiosidades….

Estos son los torniquetes del metro. Directamente, la primera vez no validamos los tickets porque ni los vimos ( nuestra cabeza buscaba unos torniquetes de verdad).

Y ya sabemos de dónde ha sacado la Carmena la idea de los semáforos!!

Y esto es todo de momento amigos…Seguimos con nuestra ruta en Eslovaquia!

Nos vemos por el camino más largo!!

De Pirineos a los Alpes Franceses Italianos y Austriacos

A 2.491 km de casa…Ya estamos en Austria!! Este es el primer país completamente nuevo al que llegamos, estamos en medio del Tirol austriaco donde estamos alucinando con los paisajes, la gente,    sus casas, sus vidas…todo nos parece como salido de un cuento… la harmonia reina por todos lados… de repente nos dimos cuenta que estábamos hablando en voz bajita?

Y es que estas montañas son casi el final de los Alpes, pero para llegar hasta aquí hemos atravesado todos los Alpes en su totalidad!


Empezamos por los Alpes franceses donde nos quedamos en el lago de Ponçon Serre, un impresionante lago que se encuentra en un “pasillo” entre las montañas y eso le proporciona las condiciones ideales para la práctica de kite y windsurf :

De todo lo que hemos visto, nuestra conclusion es que los franceses son a los que más les gusta los deportes al aire libre y la naturaleza ( Francia está plagada de caravanas y campers por todos lados) y además puedes aparcar casi en cualquier lado en medio de la naturaleza y pasar la noche, cosa que no ocurre en otros países donde está prohibida la acampada libre hasta en el jardín de tu casa ( y esto no es una exageración).

Después de Francia pasamos a los Alpes Italianos y su espectacular lago de Como, donde yo me empeñé en ir ya que una parte de mis antepasados venían de aquí y ni que decir tiene que es muuuyyy bonito. Aquí nos quedamos en un camping que daba directamente al lago…un lujazo:


Eso sí, plagado de Alemanes!! Y nosotros nos preguntamos, habrá alemanes en Alemania??? Yo creo que la mitad están en el lago di Como y la otra mitad en Mallorca!!

Y después de esta parada en el lago y antes de llegar a Austria, pusimos a prueba a Ulises….sí, sí, la hicimos pasar por el Paso del Stelvio:


2700m de puerto con un desnivel medio de 7,4%  y 75 curvas de  casi 360 grados, esta carretera está considerada la mejor del mundo por el programa Top Gear ( damos fe que aquello estaba plagado de superdeportivos que pensaban estar en medio de un circuito de fórmula 1).

Y claro es la mejor carretera del mundo para los deportivos, pero no para Ulises….así que nos costó subir…en segunda, pero llegamos! Y al bajar tuvimos que hacer una parada a mitad de puerto porque las pastillas de freno empezaban a oler a chamusquina ? Pobre Ulises!!

Y después de esto, hemos decidido reparar algunas cosillas de Ulises y descansar unos días en Austria, así que ya os iremos contando!

Hasta pronto familia!!