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Navidades australianas

Siempre habíamos visto por la tele esa gente que pasaba las Navidades en bañador, aquello nos parecía más de película que de realidad y mira tú por dónde que hemos acabado viviéndolas así, unas Navidades en verano.

Aún estábamos en Brisbane cuando ya se empezaban a ver los adornos de Navidad y la sensación me recordaba a las típicas luces de Navidad que los dueños del bar han decidido dejar hasta las navidades que viene y aún con el calor de agosto, ahí siguen, que parece que se van a derretir. Esa sensación fue la misma desde Brisbane hasta Melbourne, donde los adornos allí seguían a pesar del calor. Era algo muy raro, ese Papa Noel vestido con su traje rojo de guata a 30 grados, aunque al menos llevaba gafas de Sol…es lo que tiene ser el mismo Papa Noel en el mundo entero!

Calles de Melbourne

Tímidos adornos de Navidad

Playas con espumillones

Y si el ambiente no parece demasiado navideño porque no hay frío, ahí están los australianos para dejarte claro que es Navidad con los adornos de sus casas. Algunos tenían en el jardín algo más parecido a un parque de atracciones navideño…siendo el típico muñeco de Papa Noel escalando por el balcón el adorno elegido sólo por los más minimalistas.

Luces de Navidad en las casas australianas. Sidney.

Jardines verano-navideños

Santa, los renos y la playa

En nuestras particulares navidades, también las pasamos medio en familia! Porque tuvimos la suerte de coincidir con Amparo ( la hermana de Jose Antonio). Pasamos la Nochebuena en el parque nacional de Murramarang, un famoso parque al este de Canberra y aunque limitados por nuestros cacharros de camping, nuestra cena fue digna de esta noche pues nos preparamos un rico solomillo a la mostaza con batatas acompañado de un aceptable vino australiano.

Nuestra humilde mesa navideña

Y como hemos sido muy buenos, hasta de Ulises se acordó Papá Noel!

Los regalos de Papá Noel en Ulises

Y llegó el 25 de Diciembre fun fun fun y con este calor lo que más apetecía era una comida/barbacoa al aire libre. Así lo celebran los australianos y nosotros no fuímos menos. Nuestras Navidades las pasamos en el pueblecito de Narooma. Un precioso pueblo a la orilla del mar, entre focas, pelícanos y manta rayas. Desde luego unas Navidades muy diferentes, lo más parecido a nuestras anteriores navidades es que aquí los peces también beben en el río ( o en el mar) como dicen nuestros villancicos.

Navidad en Narooma

Narooma

Comida de Navidad

La Noche de fin de año la pasamos en Melbourne y entre amigos! El día empezó con un desayuno en casa de la familia de nuestro anfitrión Dash.

Desayuno australiano

Picotear algo en el mercado de Melbourne y unas cañitas en una terraza flotante al sol de Diciembre.

Mercado de Melbourne

La fiesta empieza por la tarde, en casa de unos amigos y de aquí la gente se va a algún local a recibir el año con una buena fiesta. Así lo hicimos también nosotros incluyendo por supuesto las uvas que colamos en la discoteca para a las 12 ante la mirada atónita de los que nos rodeaban ir tomándonoslas una a una como marca la tradición.

Comienza la fiesta (ojo al intruso entre Dash y Sebas)

A punto de recibir el año!!

El año empezó con un rico desayuno reconstituyente y es que a los australianos les encanta desayunar fuera, de hecho celebran más cosas con desayunos que con cenas, no hay nada como empezar bien el día.

Y quedan los Reyes Magos! Que para nuestro asombro, los vimos en algún Belén que otro, sin embargo, la noche del 5 no los vimos pasar. Aunque hay que decir que cómo estábamos en medio de la Reserva de Wilsons Promontory sin ninguna carretera que llegase a donde estábamos acampados, era un poco difícil llegar con los camellos y todos los regalos. Eso sí, nos dejaron algún que otro peluche de los de verdad en la naturaleza de este lugar tan espectacular.

Aquí estábamos el día de Reyes. Un regalo en sí.

El animal mas achuchable del mundo. Un wombat.

“ Y pide que el camino sea largo…”

¡Un abrazo grande familia!

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RECORRER COREA EN FURGONETA

Corea es un país muy cómodo para recorrer en furgoneta. La facilidad administrativa, el buen estado de sus carreteras y las impolutas y bien equipadas instalaciones compensan con creces el inconveniente de los carteles en coreano que aún quedan sin traducir al inglés.

En anteriores posts ya os hemos hablado de nuestra visita a los sitios más famosos del país, como en Seul y Busan y la isla de Jeju , también os hemos contado lo bien que se come en Experiencias culinarias. Todas estas cosas se pueden vivir con o sin furgoneta pues en este país el transporte público es muy bueno (aunque a veces puede no ser muy evidente).

Pero aquí os contamos lo que hizo diferente a este viaje para nosotros: recorrer el país en una furgoneta. Cómo se puede entrar en el país, cómo son sus carreteras, instalaciones, qué problemas nos encontramos y algún que otro sitio secreto!

La entrada al país en cuanto a trámites administrativos fue bastante fácil, pero eso ya os lo hemos contado tambien!  Corea nos recibe con los brazos abiertos

Así que empezamos con…

Carreteras coreanas

Como decíamos, el estado de las carreteras es muy bueno, incluso en el pueblín más apartado, en medio de las montañas, tienen un asfalto de primera.

Señora coreana dando el paseo

Quizás la parte negativa de las carreteras coreanas es que hay bastantes peajes. Los peajes no son muy caros, pero siempre hay carreteras paralelas mucho más bonitas. En cualquier caso si decides utilizar dichos peajes, ¡ojo con meterse en el carril correcto! Nosotros una vez nos metimos por el de camiones y otras por el de autopeaje y la liamos muy gorda porque a la salida no teníamos ticket y explícale tú a la señorita que eres un español que no sabe coreano! Y es que no es nada intuitivo…consejo: parar justo antes del peaje, dejar que pasasen los coches y ver en cual la gente recogía ticket para hacer lo mismo.

Instalaciones

Por todo Corea hay parkings con baños públicos, ya sea en la playa, junto a los parques nacionales o en áreas de descanso. Estos baños están bastante limpios, tienen papel y hasta hilo musical.

Baño público Coreano

Una cosa muy importante, en muchos de ellos hay un botón azul o rojo, con letras coreanas ¡NO HAY QUE PULSARLO! Yo lo hice porque quería saber para qué era, quería saber si era para cambiar la canción, para calefactar el asiento,  para que el wc se autolimpiase o para cualquier otra cosa guay y nada más pulsarlo empezó a sonar una alarma ensordecedora que era imposible de desactivar. Empecé a tocar todos los botones que vi en la entrada y nada…al cabo de un par de minutos se calló y aquí paz y después gloria…al cabo de un rato vinieron unos polis para ver que todo iba bien. Os aseguro que después de esto no volví a pulsar ningún otro botón sólo por probar.

Dormir en un excircuito de fórmula 1

Una de las cosas mas guays que nos pasó (en cuanto al tema de alojamientos) fue la de llegar al que fue el circuito de Formula 1 de Mockpo. Baños privados impolutos con duchas calientes, enchufe para el secador, cocina y fregaderos y todo ello a disposición del visitante. No nos cobraron nada ni el día que llegamos (que no había nadie) ni el de después (había hombres que estaban allí trabajando pero ni nos miraron). Leer más

Busan y la isla de Jeju

Cuándo buscábamos información sobre Corea, a parte de Seul, siempre aparecían Busan y la isla de Jeju. Los tres juntos son sin lugar a dudas los puntos más turísticos del país. A continuación os contamos cómo lo vivimos en nuestro viaje a Ítaca.

Busan

A primera vista Busan nos pareció un poco como Seúl. Una ciudad muy grande, con mucha gente en la calle, mucho restaurante, con un centro muy moderno y con rascacielos inmensos. Pero en poco tiempo nos dimos cuenta de que dista mucho de parecerse a la capital coreana.

Panorámica de Busan

Tiene templos budistas preciosos y algunos nada visitados; en el centro de la ciudad hay zonas de auténtico bosque, donde puedes hacer rutas de senderismo sin ni siquiera oír el ruido de la ciudad; tiene el mejor mercado de pescado de toda Corea y está localizado en una zona de islas que están conectadas entre ellas por puentes, creando una panorámica por la noche espectacular.

Vista nocturna de la ciudad

El mismo día que llegamos a Busan, habíamos embarcado a nuestra furgoneta Ulises en un barco rumbo a Australia. No llegamos a esta ciudad en el mejor de nuestros momentos, ya que nos dio mucha pena dejar a nuestra casita con ruedas en manos de unos desconocidos y además, sin saber cuándo la íbamos a volver a ver. Pero Busan se encargó de quitarnos la tristeza de nuestras mentes en seguida.

Recinto donde se celebra todos los años el festival internacional de cine de Busan

Carrito de comida típico en toda Corea, donde comes por dos duros

Ajetreadas calles de Busan

Y empezamos con lo mejor de Busán:

Admirar las vistas del barrio financiero y de sus rascacielos desde el parque de Dongbaek

Si te acercas a este parque por la noche, podrás admirar unas vistas de Busan iluminada. Ya os habréis dado cuenta de que a los coreanos les encantan las luces nocturnas.

Ruta costera en el barrio de Yongho Dong

Consiste en un sendero que va a la falda de un monte que hay en el barrio de Yongho. Nosotros recorrimos este camino que serpentea a la falda del monte y a pocos metros del mar. Una chica que conocimos en el metro nos habló de este lugar, que no sale en ninguna guía turistica. Nos dijo que era su lugar favorito de la ciudad, y la verdad es que a nosotros nos encantó

Mercado de pescado de Jagalchi

Ya hemos hablado de este mercado en nuestro post Experiencias con la comida coreana. Famosísimo por su gran cantidad de pescado y por ser el mejor de Corea. En muchos puestos presumen de traer parte de su género en avión desde la Isla de Jeju, aunque en realidad la mayor parte es traído por los barcos de pesca que lo descargan allí mismo, ya que el mercado da al puerto pesquero de la ciudad.

Ruta hasta el monasterio budista de Seokbulsa

Monasterio de Seokbulsa

Comenzamos la ruta en un CableCar que nos subió hasta las inmediaciones del fuerte de Geumjeong Sanseong y que nos ahorró la parte más dura de la subida. Desde el CableCar pudimos ver una de las mejores vistas de la ciudad. Hay que decir que el CableCar es bastante viejo y a veces da la sensación de que se va a desmoronar cuando ves todo el óxido que se está comiendo al aparato.

Vistas de Busan desde el Cable car

Una vez arriba tomamos la ruta que nos llevaba hasta el fuerte de Geumseong y desde allí empezamos a preguntar por el monasterio a todo el que nos encontrábamos, ya que las pocas indicaciones que hay, estaban en coreano y no se entendían.

Esto se encuentra en el mismo Busan

Entrada al fuerte de Geumseong

¿Qué habrá a 500 metros?

Tras dos horas de una preciosa ruta, encontramos perdido en una montaña en pleno Busán, el pequeño monasterio de Seokbulsa.

Se trata de un monasterio cuyos templos son de piedra, a diferencia de la mayoría de templos en corea que son de madera. Pero su verdadero interés no reside en estos templos. En la parte de atrás de los edificios, se encuentra un patio formado por las mismas montañas en la que están esculpidas en piedra unas inmensas figuras de buda y los protectores del budismo.

Buda esculpido en la roca

Gamcheon culture village

Panorámica del barrio de Gamcheong

En este barrio, que está dentro de Busan, vivía antiguamente la gente con menos recursos de la ciudad. Básicamente era como favelas brasileñas, sin agua, electricidad, canalizaciones… A día de hoy sí que cuenta con todas estas comodidades, y en 2009 numerosos artistas colaboraron con obras muy coloridas haciéndolo a día de hoy un barrio muy pintoresco.

Pececitos de colores

Desgraciadamente las hordas de turistas acuden a diario a visitarlo e incluso hay que hacer largas colas para hacerse una foto en los lugares más populares, como con una estatua del principito que hay en la villa (foto que nosotros no tenemos). No obstante, dando un paseo y curioseando sus callecitas menos transitadas por el turismo, fue bastante para disfrutar de Gamcheon.

¡Con esta gente no hay quien se entienda!

Tras mucho trastear encontramos una exposición de cuadros de un artista ruso en la biblioteca pública. Acabamos pasando allí la tarde tomando unos vinos y un aperitivo por cortesía del artista, mientras hablábamos un poco con él y disfrutábamos de sus obras, que la verdad, nos gustaron mucho.

Isla de Jeju

Desde Busan volamos a la Isla de Jeju para pasar unos días. Allí alquilamos una moto para así recorrernos la isla fácilmente y la verdad, fue la mejor opción.

¿Camino de Santiago? ¿En Corea?

Jeju está considerada uno de los mayores atractivos de Corea. Sin embargo, discrepamos respecto a esto. A nosotros nos desilusionó bastante, ya que está masificada por el turismo local (hay un vuelo a la hora a Busan y otro a Seúl, además de vuelos internacionales) y hay que pagar por todo (cataratas, un cráter en medio de la isla, una formación rocosa con piedras hexagonales…) con lo cual ha perdido el encanto que pudo tener años atrás.

Visitando una antigua villa de la isla

Típicas estatuas esculpidas en piedra de la isla de Jeju

Pasamos cuatro días con la moto en los que recorrimos la costa este de la isla, visitamos  los alrededores de Seogwipo y fuimos a  la isla de Udo. En esta ultima, tradicionalmente las mujeres se dedicaban a mariscar como lo hacen los percebeiros gallegos, mientras los hombres cuidaban de la casa. Hoy día todas estas mujeres se dedican al alquiler de motos y coches eléctricos para los turistas que invaden la isla.

Sin embargo, los dos últimos días hicimos dos cosas que nos encantaron, y que están entre las mejores experiencias de Corea:

Parque nacional de Hallasan

En este parque hicimos una ruta que sube hasta el volcán que dio origen a Jeju. La ruta nos llevó todo el día y tuvimos que ir bien pertrechados y con suficiente agua. Además tuvimos que empezar temprano, ya que si no, no da tiempo a hacer la ruta entera y los guardas podían cerrarnos el paso si llegábamos demasiado tarde.

Inicio de la ruta

Lo que encontramos en la ruta fue un otoño coreano en todo su esplendor. Probablemente no lo sepáis, pero la mejor época para visitar Corea es en otoño por sus espectaculares paisajes, y esto es lo que pudimos apreciar en Hallasan.

Otoño coreano en el parque Hallasan

Al inicio de la ruta los árboles están todavía verdes, pero a medida que vas subiendo de altura, las montañas se vuelven más escarpadas, el sendero se hace más vertical y aparecen los colores marron, rojo, naranja y amarillos en el follaje de los árboles. La montaña se ve imponente por su verticalidad, a la vez que preciosa por sus colores. Es un paisaje que hacía que nos parásemos constantemente a observarlo con calma.

Tras disfrutar durante un par de horas de este paisaje, todo vuelve a cambiar, y entonces sobrepasamos las nubes y en vez de árboles ahora hay arbustos, más típicos de las zonas de altura. Finalmente, a tan sólo 1950m llegamos al punto más alto de toda Corea del Sur, desde donde pudimos ver el cráter del volcán. Todo un espectáculo

Agotados tras la parte más dura

¡Por encima de las nubes!

¡Por fin la cima! Al fondo el cráter del volcán

Jimjilbang en la ciudad de Jeju

¿Qué es un Jimjilbang? Los Jimjilbang son un concepto Japonés que está muy extendido en Corea y que consiste en edificios con baños y saunas separados por géneros y donde la gente va completamente en bolas desde el momento en que se entra. Además, es posible dormir en ellos, y eso es lo que hicimos nosotros.

El tema es que suelen ser muy baratos. Nosotros pagamos unos 6€ por persona, mientras que un hostal ronda los 15€ por cabeza.

Al principio quisimos pasar una noche solo como experiencia, pero nos gustó tanto que nos quedamos dos.

En el que estuvimos había 5 plantas: 1ª Recepción 2ª Baños y saunas para mujeres 3ª Zona común con suelo radial 4ª Baños y saunas para hombres 5ª Zona común sin calefacción.

Recepción del Jimjilbang

Como comprenderéis, no pudimos hacer fotos del interior del Jimjilbang, pero simplemente buscando Jimjilbang en Corea en Google podréis haceros una idea de cómo son estos lugares.

Evidentemente en las zonas comunes hay que ir vestido, pero tienes que llevar un pijama que te da el personal del Jimjilbang.

En la zona de baños y saunas hay varias piscinas con agua a distinta temperatura, saunas, también a varias temperaturas en función de lo que seas capaz de aguantar y un montón de duchas. Además hay una zona para relajarte y ver la tele fuera de las zonas de baño (por supuesto, en bolas).

Esto es todo una cultura. La gente pasa horas allí aseándose, relajándose, hablando de béisbol o viendo las noticias. Y nosotros la verdad es que le cogimos el gustillo, en especial María, pues el segundo día se llevó todos sus potingues para hacerse una sesión intensiva de cremas.

Tras más de una hora de aseo, nos pusimos nuestros pijamas y nos fuimos a la quinta planta, donde nos echamos a dormir en el suelo. Esta planta estaba llena de esterillas en el suelo a modo de cama. Para apoyar la cabeza, usaban un minúsculo ladrillo de goma-espuma forrado que hacía las veces de almohada. Parece incómodo, pero no os podéis hacer una idea de lo bien que dormíamos después de toda aquella sesión de higiene.

No siempre encontramos en el camino lugares idílicos como los que nos prometían los panfletos, a menudo buscas un lugar o una experiencia con muchas expectativas y acabas llevándote un chasco. Nosotros, creemos que no hay que obsesionarse con ver o hacer las cosas más populares, o por hacerse la foto en el lugar más idílico para subirla a las redes sociales. Como en el caso de la foto con el principito o la isla de Jeju, nosotros buscamos otras alternativas, que nos llevan siempre a tener experiencias inesperadas.

¡Y pide que el camino sea largo! ¡Lleno de aventuras, lleno de experiencias!

Seúl, entre lo tradicional y lo moderno

Luces por doquier, comida en la calle en cualquier lado y a cualquier hora y gente, mucha gente, diez millones. Tras haber estado en un país tan despoblado como Rusia, Seúl  fue agobiante para nosotros el primer día. Y es cierto que Moscú es más grande que la capital coreana, pero aquí esos 10 millones se hacen notar, ya que es una ciudad que vive en la calle.

Nos empeñamos en meternos en el centro de Seúl con Ulises y nos llevó muchas horas. El segundo día encontramos un parking al lado del río con zonas ajardinadas y una estación de metro al lado. Desde allí nos movíamos al centro con facilidad y conseguimos relajarnos después del primer día. Habíamos encontrado nuestro sitio en la ciudad.

Ulises en el centro de Seúl

Lo primero que hicimos fue caminar la ciudad, curiosear sus barrios y sus calles antes de meternos a ver monumentos. Si te das un paseo por el centro, cuando ya ha oscurecido, antes de la hora de cenar, podrás encontrar calles llenas de gente, donde hay cientos de tiendas de cosméticos que parecen discotecas con muchas luces y música a todo volumen. Esto forma parte de la cultura del país, ya que las coreanas dan mucha importancia al cuidado de la piel y llevan a cabo rituales antes de dormir que consisten en aplicarse en la cara hasta 10 productos distintos. Agua miscelar, mascarilla, tónico, sérum, loción, crema de cara… y algunas más que no recuerdo.

Calles de tiendas de cosméticos

Además de cuidar mucho la piel con cremas, tanto las mujeres como los hombres evitan ponerse morenos. En Corea y en el sudeste asiático en general, antiguamente, tener la piel era un signo de que pertenecías a la alta clase social y por el contrario, estar moreno, quería decir que pertenecías a la clase obrera. Aunque esta creencia haya desaparecido, tener la piel blanca es la moda aquí y de hecho a veces utilizan cremas que blanquean la piel de la cara más de lo que ya la tienen.

Todo esto se lo explicaron a María, que como imaginaréis, se encontraba en su paraíso. De hecho, llevaba tiempo esperando llegar a Corea para comprar sus cremas, ya que tienen fama de ser muy buenas y más baratas que en otros países.

Como ya hemos dicho, los coreanos viven en la calle, y a la hora de cenar, vayas al restaurante o puesto callejero que vayas, lo vas a encontrar a tope de gente. Da igual que sea un Martes, la gente después de trabajar sale a cenar con sus compañeros y con sus jefes y por supuesto, nunca falta el Soju en sus mesas.

Pinchitos al estilo coreano

Es bastante común que la gente salga a cenar y a tomar unos tragos después de trabajar. Siempre se ve gente vestida de traje y con su maletín del curro un tanto ebrios por la calle. La noche en Seúl es muy animada y es fácil contagiarse del ambiente. Lo cierto es que los coreanos están siempre de buen humor y riéndose, y más por supuesto, después de trabajar.

Bukchon Hanok Village

Calles en Hanok village

Saliendo del bullicio del centro, pudimos encontrar un barrio muy tranquilo de casas típicas coreanas llamado Bukchon Hanok Village. Hanok es el nombre que reciben estas casas tradicionales. A día de hoy la mayoría son talleres de artesanía coreanas, pero se pueden visitar gratis y de esta manera hacerte una idea de cómo se vivía en Corea antiguamente.

Patio típico de las casas tradicionales coreanas

Estas casas parecen sacadas de una película de Samuráis. Tras entrar por una puerta grande con un gran arco, pasas al patio interior, en torno al cual se construye la casa. Los interiores del edificio son diáfanos y con pocas habitaciones. Las puertas y las ventanas son de madera, cubiertas con papel en vez de cristales. Y para acabar tenían un ingenioso sistema de calefacción radiante igual al que usaban los romanos en España. Hacían pasar el humo de una hoguera por unos conductos que había debajo del suelo de la casa.

Interiores minimalistas en las casas tradicionales coreanas

Pasillo que separa el patio de los espacios de la casa

Mercado Gwangjang

Y como no íbamos a visitar un mercado en Seúl. El mercado Gwangjang es espectacular. Aquello era un hervidero de gente vendiendo, comprando, comiendo o simplemente visitando el lugar. Entramos por una de las galerías que atraviesa todo el mercado de lado a lado. Desde la entrada no se podía ver el otro extremo. Lo recorrimos poco a poco para no perder detalle de los diferentes productos que vendían allí. Pescado deshidratado, tortillas de soja, vísceras, verduras y frutas, una especie de masa gelatinosa de arroz, tortitas que una vez hechas las ponían al vapor, una especie de caramoelos de arroz, varios postres y muchísimas cosas más.

Teníamos ganas de probarlo todo (menos las vísceras) y necesitamos dar dos vueltas al mercado para decidir dónde comer. Finalmente nos dejamos llevar como siempre y  nos sentamos en un puesto donde unos hombres muy majos nos habían insistido en que nos sentásemos con ellos. Nos invitaron a Soju y nos dieron a probar algunos de sus platos, como las tortitas al vapor. Nosotros pedimos Bimbap, que es la versión coreana del sushi, gyozas y la masa gelatinosa de arroz a la cual le añadían una salsa roja muy picante que hacían en una sartén enorme a fuego lento.

Masa de arroz cocida a fuego lento con una salsa picante

Palacio de Gyengbokgung

Entrada al palacio de Gyengbokgung

El palacio de Gyeongbokgung es el mayor atractivo de Seúl. Es una zona fortificada en cuyo interior se encuentran numerosos palacios reales. Aquí es donde antaño vivían los reyes y gobernantes del país, y donde se llevaba a cabo toda la gestión política y militar.

Interiores del recinto del palacio

La mayoría de los edificios estaban destinados como vivienda para la realeza, la cual iba cambiando a lo largo del tiempo hacia edificios más modernos. Pero otros muchos son salas de fiestas, lugares donde se reunía con sus consejeros, otros para sus militares…

Lugar donde se celebraban las fiestas de palacio

Todo este complejo fue destruido en torno al siglo XVI por los japoneses y más tarde, en el siglo XX, con la ocupación de los mismos, muchos edificios fueron modificados o destruidos. A día de hoy todo es una reconstrucción de lo que había antaño.

Interior de uno de los edificios

Ensayando para un espectaculo de bailes tradicionales

Es curioso ver que el país con el que sin duda, más parecidos culturales guarda Corea, es a su vez su eterno enemigo. Y es que los japoneses pocas veces han dado descanso a los coreanos a lo largo de la historia. En el palacio de Gyeongbokgung se puede aprender un poco del pasado coreano, así como de algunos personajes relevantes de su historia, como la emperatriz Myeongseong. Esta gran mujer, fue asesinada en el mismo palacio por asesinos japoneses, tras haber frustrado los planes de invasión de éstos.

Además de los sitios típicos de Seúl, conocimos el barrio de Hongdae, una zona universitaria con mucha fiesta y frecuentado por los backpackers. Desde uno de los innumerables puentes de la ciudad, pudimos asistir a la exhibición de fuegos artificiales más espectacular que hayamos visto y que duró más de una hora. Y por último, visitamos el famoso barrio “pijo” de Gangnam que inspiró a la canción Gangnam style y aunque carece de verdadero interés, se puede ver una versión de Corea más moderna.

Biblioteca publica donde cualquiera podia coger un libro para leerlo. No habia que registrarse y ni siquiera habia una recepcion

Publicidad coreana. Entendeis algo?

Fuegos artificiales en Seúl

Un dia normal en las calles de Seúl

Para acabar nuestra estancia en Seúl, nuestro amigo Soonki nos llamó y nos dijo que esa noche iría a la ciudad a cenar con un amigo japonés y que si queríamos acompañarlos. Os acordais de Soonki? hablamos de él en nuestro post Corea nos recibe con los brazos abiertos

¡Qué mejor manera de despedirnos de Seúl!

Cenando con Soonki y su amigo japones

Quisimos preguntarle a Soonki por la situación entre Corea del sur y sus vecinos del norte y su respuesta distaba mucho de lo que nos cuentan por la tele. Resumiendo mucho la larga conversación que tuvimos, lo que nos vino a decir fue algo así:

El problema de Corea es su situación geográfica. Se encuentra situado entre el mundo capitalista y el mundo comunista. Y por tanto el lugar perfecto para una guerra es ni en tu casa ni en la mía, ¡en la del vecino!

Al norte y oeste tenemos los apoyos de Rusia y China, países tradicionalmente comunistas y que apoyan a Corea del Norte. Y al oeste, del lado de Corea del Sur, están las potencias capitalistas Japón y EEUU. (Esta historia ya la hemos visto antes en Vietnam). Como resultado una Corea del Norte comunista y una Corea del Sur capitalista. Nosotros le insistíamos mucho en que el norcoreano está un poco loco y para nuestra sorpresa él le quitaba importancia y nos insistía en que sólo sabemos lo que nos cuentan.

Si nos vamos a datos más concretos, el hecho es que en Corea del Sur hay mucho capital extranjero, hay muchas empresas con grandes inversiones en el país a las que no les interesa una guerra pues eso supondría perder mucho dinero.

Por otro lado, EEUU para contar con un ejército puntero en cuanto a tener lo último de lo último, necesitan un mercado al que vender su armamento de segunda mano, ¿adivináis a quien se lo venden? Exacto, a Corea del Sur, ante la continua amenaza de sus vecinos del norte…y ¿qué pasaría si no existiese el conflicto? Pues que Corea del Sur no necesitaría estar armada hasta los dientes.

En conclusión, nos encontramos ante una situación en la que una guerra beneficiaría a unos y perjudicaría a otros, así que ¿cual es la solución? Mantener la tensión. De esta manera el país sigue armándose y comprando armas a los EEUU para prepararse para una guerra que no va a ocurrir (al menos a corto plazo) porque a los grandes inversores en el país no les interesa.

No se puede resumir en unas líneas todo el conflicto entre las dos Coreas. Probablemente sea mucho más complejo. Pero hemos querido mostrar otro punto de vista de la situación, que sin duda demuestra que no todo lo que nos cuentan es cierto.

Y así nos despedimos de Seúl y de Soonki definitivamente. Nos fuimos sabiendo un poco más de la historia de este gran país, de su cultura y de su política.

¡Y pide que el camino sea largo! ¡Lleno de aventuras, lleno de experiencias!

Un poco de mar y montaña

Nuestros primeros días en Corea, en el monasterio de Woljeongsa, fueron muy intensos. Muchas cosas nuevas aprendidas, muchas experiencias y sólo llevábamos dos días allí. Así que necesitábamos descansar un poco.

Decidimos ir a la playa, no a una en particular, simplemente poner rumbo al punto más cercano de la costa y buscar allí. Recorrimos las montañosas carreteras hasta llegar al mar. Tan sólo tardamos una hora, lo que nos resultó hasta extraño, ya que veníamos de Rusia, donde cada vez que decidíamos ir a un sitio nos llevaba varias horas llegar a él.

Carreteras montañosas que hacían sudar a Ulises

Hay que decir que nuestros primeros kilometros en Corea fueron muy estresantes. Ya no estaba Soonki guiando nuestro camino, así que tuvimos que apañarnosla solos y habituarnos a las señales de tráfico coreanas. Lo peor eran los cruces, si había semáforos estaban después del cruce, no antes como en Europa y si no había semáforo no teníamos claro que señal indicaba la prioridad de cada vía. Además las señales de desvío están justo en el mismo lugar donde el mismo desvío y con un cartel muy pequeño…todo eran trampas!

¿Entendeis algo de a donde hay que ir?

Por suerte pudimos llegar a la playa sin ningún incidente y con la furgoneta de una pieza.

¡Y por fin la playa!

Pronto nos dimos cuenta de que en todas las playas había zonas de acampada, donde la gente montaba unas tiendas que eran auténticas mansiones. Pero para nosotros lo mejor fueron los baños públicos. Los había por todos lados ¡y tenían hasta hilo musical! Aparcábamos la furgoneta en parkings abiertos, nos duchábamos en bañador y teníamos unos estupendos baños al lado. Además, como no había muchos coches en los parkings sacábamos el toldo ocupando dos plazas y de esta manera teníamos una terraza para hacer vida en primera línea de playa. Que más se podía pedir.

Zona de acampada en la playa

Baños públicos

Nuestra casita a orillas del mar

En esta zona de Corea el surf es muy popular. No os imaginéis a grandes surfistas bronceados por el sol desafiando inmensas olas, si no más bien, cientos de coreanos con trajes de neopreno largo (a pesar del calor), gorra y la cara blanca de toda la crema que se han echado. A pocos metros de la playa estaban todas las escuelas de surf, las motos llevaban un artilugio para poder portar las tablas colgadas a un lado y muchos coreanos se teñían el pelo de rubio. Todo parecía una imitación de la imagen idealizada del surf en Estados Unidos.

Escuela de surf

Mirad los supersurferos del fondo

Toda esta estampa nos resultó cuanto menos graciosa. Al fin y al cabo, eso también forma parte de Corea y no dejaba de haber un buen ambiente que nos atraía, por lo que nos quedaríamos hasta que durase el buen tiempo. Si algo habíamos aprendido en estos meses de viaje, es a quedarnos en un sitio cuando estabamos a gusto. Cuantas veces en Rusia nos fuimos de algún sitio estupendo porque teníamos otros planes, para que al final esos planes no saliesen como esperábamos.

Una mañana, cuando ya estábamos listos para seguir buscando playas más al norte, apareció un coreano que mediante señas me dijo que teníamos las ruedas con poca presión y trás mucho discutir con él, entendimos que en Corea no puedes inflarlas en las gasolineras. Todo esto era muy raro. ¿Qué quería este coreano? ¿Cómo no se va a poder inflar las ruedas en la gasolinera? Empezó a hablar con su compañero y a hacer algunas llamadas. Se empeñó en que había que solucionar aquello. Entonces se me pasó por la cabeza un comentario en un foro, sobre que los coreanos van de buenas y luego te la dan con queso.

Les dijimos que no se preocupasen, que ya lo solucionaríamos y que teníamos prisa, pero era demasiado tarde…ya habían llamado a una grúa ¡Lo que nos faltaba! Entendernos con nuestro seguro coreano para hacer papeles en coreano…Mientras intentabamos hacernos entender y ya dispuestos a montarnos en el coche e irnos, llegó una especie de coche taller, se bajó un hombre y cogió un compresor.

Inflandole las ruedas a Ulises

Inflaron las ruedas y tras terminar, hicieron fotos a la matrícula del coche de los coreanos y firmaron unos papeles. Ahora lo entendíamos todo. Dieron un parte a su seguro para que viniese la grúa a inflarnos las ruedas. Nos dijeron que solo querían ayudarnos, que no podían dejar que fuésemos por la carretera con las ruedas mal. Nunca nos pidieron nada, ni dinero ni documentos, sólo que cuando volvamos a España contemos que los coreanos son buenas personas y que les gusta ayudar a la gente.

Sorprendidos por lo que nos acababa de pasar, seguimos nuestro camino hacia el norte, donde poco a poco iban desapareciendo las escuelas de surf para dar paso a playas llenas de alambre de espino. Aquí sí que se notaba el conflicto con sus vecinos del norte. Las playas parecían preparadas para evitar una invasión. Muchas no eran accesibles, ya que había grandes alambradas que impedían el paso. Además, todas estaban muy bien iluminadas por la noche para poder controlar cualquier anomalía.

Con todo esto llegamos hasta Sokcho, donde pasamos el día y nos preparamos para conocer un parque nacional coreano.

No nos hemos teletransportado a Wall Street, son las calles de un pequeño pueblo pesquero

Parque nacional de Seoraksan

Entrada al parque de Seoraksan

El parque nacional de Seoraksan está considerado el más bonito de Corea, así que teníamos que conocerlo. Decidimos hacer una ruta de un día que nos llevaría hasta el pico Ulsanbawi. Sobre el mapa la ruta parecía muy dura, ya que había tramos donde hacer un kilómetro llebaba más de una hora.

Inicio de la ruta

En Corea, el treking es otro de los deportes populares del país. Muchísima gente hace senderismo por las montañas coreanas, que están llenas de parques nacionales. Las rutas están muy preparadas para que todo el mundo las pueda hacer. Las partes más simples son caminos de tierra y piedras, pero cuando la cosa se complica hay pasarelas de madera y a menudo puentes colgantes para pasar los ríos. No obstante han conseguido hacerlo de tal forma que la ruta no pierda el encanto.

La primera pare de la ruta discurre al lado de un río, el cual deja unas estampas muy bonitas y tras una hora de caminata empieza la subida de verdad. Atraviesas el bosque por una ruta que consiste unicamente en escalones y la subida empieza a ser dura.

Las ardillas abundan en el parque

Nos llamó la atención que los coreanos, a pesar de estar sudando (igual que nosotros), cuando nos los cruzábamos olían a flores! A pesar de lo duro de la caminata, su aspecto era de alguien que acababa de salir de la tienda donde se ha comprado todo el material de montaña. Y es que los coreanos son muy presumidos, les gusta ir bien vestidos y además, el tema de la higiene está muy arraigado en la cultura. Lo cual nos venía genial, ya que gracias a ello había muchos baños públicos en muy buenas condiciones.

Coreanos perfectamente equipados y oliendo a flores

Justo antes de llegar al punto más crítico de la ruta, había un templo muy curioso que estaba escabado en la roca donde además sonaban sin cesar las oraciones budistas al son del cuenco de madera que utilizan como instrumento.

Entrada a un templo esculpido en la roca

Templo en el interior de una gran roca

A pocos metros de este templo empezaban las escaleras que te llevan a la cima. La subida es dura y en algunas zonas las personas con vértigo (como yo) lo pueden pasar un poco mal.

Escaleras a la cima

Vistas del parque

Tras una hora de subir escaleras, por fin alcanzamos la cima! Y cómo no, las mejores vistas del camino. Valles rebosando de árboles, rodeados por unas espectaculares motañas de las que salían grandes picos de piedra como si intentasen escapar de ser cubiertos por la intensa vegetación. Para completar aquella mágica escena, se podía ver perfectamente como las nubes subían desde el valle hacia lo alto de las montañas empujadas por el viento.

¡¡Y por fin la cima!!

Por todo el parque hay sitios para poder beber y descansar y si haces rutas de varios días, no hace falta que lleves tu tienda de campaña, hay refugios (Shelters) en puntos estratégicos para dormir, que cuestan unos 5€ por persona. Se podría decir que Corea es el paraíso del senderismo, pues como veríamos más tarde, así era en todos los parques nacionales.

Buda enorme que se encuentra en este parque

Al final de la tarde estábamos de vuelta en la playa, pero las nubes empezaron a asomar por el horizonte y por la noche llovió bastante. Esto marcó el final de los días de playa y naturaleza, en dos días estaríamos en Seul.

¡Pide que el camino sea largo! ¡Lleno de aventuras, lleno de experiencias!

Corea nos recibe con los brazos abiertos

Estábamos llegando a Corea. Ya se veían sus costas desde el barco y nosotros estábamos ansiosos por llegar. Pasamos las 24 horas del viaje aburridos, andando por el barco y viendo memorias de África (muuuy recomendable e inspiradora si aún no la habéis visto). El viaje se nos hizo eterno, pero siempre pasa cuando tienes tantas ganas de llegar a un sitio.

No nos habían dado buenas referencias de este país. Chris, el escritor que nos encontramos en el Baikal, nos dijo que los coreanos tenían siempre presente en sus vidas el miedo de que estallase la guerra; un italiano que conocimos en el barco, pensaba que los coreanos eran como niños caprichosos y leímos posts de gente que decía que este país les había defraudado.

Pero este tipo de cosas no nos desilusionan, todo lo contrario, nos dicen que tenemos ante nosotros un país nada turístico que podemos descubrir nosotros mismos y lejos de hacer que nos echemos atrás, hace que tengamos aún más ganas por conocerlo.

Llegando a Corea

Y tras todas estas reflexiones, por fin llegamos a tierra. Bajamos del barco a pie y fuimos a pasar el control de pasaporte, donde nos tomaron fotos y huellas digitales. Ya estábamos fichados en Corea. Nos llevaron a la entrada de la terminal y nos hicieron esperar. Entonces, un Coreano vestido de motero, empezó a hablar con nosotros y nos contó que llevaba viajando 13 meses con su moto. Había estado en Europa, Rusia, Kazajistán, Mongolia… Y había cogido el mismo Ferry que nosotros para volver a casa. Así  es como conocimos a Soonky.

Con nuestro amigo Soonki

Soonki nos contó, que cuando estuvo en España, un chico le reparó la moto entera gratis y por tanto se sentía en deuda con los españoles y cosas de la vida, ahí estábamos para ser ayudados! Así que nos invitó a pasar un par de días con él. Ahora la pelota está en nuestro tejado, tendremos que ayudar a alguien que esté en nuestra situación llegado el momento.

Restos de la bandera de España que Soonki tenía en su moto

No podíamos haber tenido más suerte. Llevábamos dos meses en Rusia, dos meses de muchos kilómetros, en los que nos habíamos acostumbrado a Rusia, a su comida, a sus costumbres, a su lengua, a sus paisajes y a sus larguísimas y horribles carreteras. Pero Corea no tiene nada que ver con lo que hemos hecho hasta ahora. Cuando vamos al supermercado, no sabemos para qué sirven la mitad de las cosas, el idioma es radicalmente diferente, con figuritas y dibujitos en vez de letras, no entendemos su cultura, sus carreteras… Sus carreteras son increíbles, pero las señales de tráfico no tienen ningún sentido. Así que como comprenderéis, Soonki nos vino muy bien esos primeros días para hacernos al país y resolver nuestras dudas.

Aceptamos la invitación de Soonki, y tras hacer todo el papeleo para poder circular con nuestra furgoneta por el país, nos pusimos en marcha. Nuevamente volvíamos a ser un grupo de tres. Nos acordamos muchísimo de nuestro amigo Fernando, que nos acompañó en nuestro primer mes por Europa y que siempre iba a la cabeza de este grupo. Esta vez era Soonki el que iba delante con su moto.

 

Estancia en el Monasterio Budista de Woljeongsa

Puerta de entrada al monasterio de Woljeongsa

Ese mismo día nos llevó al monasterio de Woljeongsa en el parque nacional de  Odaesan, a unos 90 km al noroeste de Donghae donde nos quedaríamos unos días.

De primeras un templo puede parecer un centro turístico que visitar, pero la vida del templo va mucho más allá!

Estatuas de madera típicas en los monasterios, que representan a los protectores del templo

Camino hacia el monasterio

 

En este monasterio budista Soonki pasó un mes de retiro hacía ya algunos años. Nosotros nos quedaríamos un par de noches allí, la primera en la furgoneta, la segunda nos dieron una habitación para huéspedes.

Habitaciones para huéspedes

En Corea es bastante común las estancias en estos monasterios. La gente va a meditar, a sentirse en paz, o simplemente a relajarse de sus estrenadas vidas. Estas estancias conllevan levantarse a las 4:30 para la oración de la mañana, meditar, desayunar a las 6:30 a base de arroz y verduras, realizar trabajos comunitarios, comer arroz y verduras, pasear por los bonitos alrededores, cenar arroz y verduras, asistir a la oración de la tarde, conversar con monjes mientras toman un té y acostarse a las 9 para descansar.

Desayuno, almuerzo y cena típica de los monasterios budistas

Nosotros no participamos en todas las actividades del monasterio, pero sí en algunas, cómo por ejemplo la primera oración de la mañana. Teníamos mucha curiosidad por conocer en qué consistían los rituales budistas y no nos lo podíamos perder, aunque levantarnos a las 4 de la mañana fue algo durísimo (como dice una amiga, anda que si el cura de nuestro pueblo nos dice que hay que ir a las 4.30h de la mañana a misa ?) pero la experiencia lo merecía, además ya que nos invitaban a alojarnos allí, que menos que asistir a algún oficio).

Así que el día comienza cuando uno de los monjes empieza a tocar la campana para ir al primer oficio del día:

En ese momento nos dirigimos al único templo iluminado del monasterio.

Nada más llegar al templo donde se celebraba la ceremonia, cogimos una esterilla y nos limitamos a hacer lo que hacían los demás. Lo primero que había que hacer era saludar a Buda. Esto se hacía poniéndose de rodillas en la esterilla, sentándose sobre los talones, para después llevar la cabeza hasta el suelo, tocándolo con la frente y con las manos a los lados y las palmas hacia arriba.

Tras hacer esto nos quedamos de rodillas en la esterilla, esperando a que los monjes llegasen, tiempo que la gente dedicaba a meditar. Nosotros por supuesto hicimos lo mismo. Un poco después entraron los monjes. Todos ellos llevaban la cabeza rapada y vestían una especie de kimono gris, que tenían impoluto y sin una arruga y sobre el que se ponían un hábito de color naranja muy oscuro.

Monje budista con sus hábitos de la ceremonia

Caminaron silenciosamente por el templo, hasta llegar al otro extremo, donde cogieron su esterilla y se arrodillaron como nosotros.

Entonces un monje empezó a cantar y otro a tocar un instrumento llamado Moktak, que sonaba igual que los palillos de madera que tocábamos en clase de música en el colegio y que  marcan con el ritmo cuando hay que arrodillarse y postrarse ante Buda, lo cual hay que hacer durante toda la ceremonia. Nosotros no entendíamos nada de lo que cantaba el monje, pero esos cánticos, en aquel lugar, donde todo (el templo, los monjes, sus cánticos…) desbordaba armonía, hizo que sintiesemos una sensación muy agradable. Los pensamientos se detienen y te limitas a escuchar y a seguir el ritmo de la ceremonia. A estar presente en aquel templo.

Camino del comedor para desayunar

Después de la ceremonia nos fuimos a dormir una horita antes de desayunar. Más tarde, en el desayuno, pudimos deleitarnos con la comida típica de los templos budistas: arroz, verduras y tofu. Nada de huevos, ni carne, ni pescado; ni siquiera café leche o algún zumo, sólo agua.

Seguidamente fuimos a dar un paseo matutino.

Alrededores del monasterio

Este monasterio está ubicado en un parque nacional, así que el resto del día lo dedicaríamos a visitar los otros monasterios del parque y hacer una pequeña ruta. Es increíble ver esos monasterios con esos tejados tan característicos, grandes y llenos de colores, entre las imponentes montañas coreanas, donde parece que se han hecho un hueco entre la vegetación.

Típicos tejados de los monasterios budistas

En muchos monasterios suele haber un templo lleno de budas de muchos tamaños. Se les llama el templo de los mil budas

Comimos en uno de esos monasterios, ya que ofrecían comida gratuita a todos los visitantes, y acabamos comiendo lo mismo que habíamos desayunado. El menú de los monasterios no alberga mucha sorpresa!

Para volver al monasterio donde nos alojábamos había que recorrer parte de este precioso parque Nacional de Odeasan así que pasamos la tarde maravillados con este entorno.

Cementerio de algunos monjes budistas ilustres

Un poco perdidos

En el parque había esculturas hechas con la naturaleza


Finalmente para acabar el día, fuimos a visitar a una monja budista, que impartía clases en el monasterio. Charlamos con ella mientras tomábamos un té y nos introdujo un poco en el mundo de la meditación y su filosofía de vida.
Lo que ella nos dijo, es que no hay que pensar nada más que en lo que estás haciendo en ese momento, centrarte en el preciso instante que estás viviendo, y no dejar que tu mente se distraiga pensando en situaciones pasadas ya vividas o en las futuras, que no sabes cómo serán. De esta manera es como evitan las preocupaciones, los miedos y en definitiva el sufrimiento o como decía Kavafis en su poema Itaca, los monstruos del camino.

Charlando con una monja budista

Los budistas meditan constantemente, ejercitan su mente con cada cosa que hacen. Ella nos puso el ejemplo de que en ese momento estaba tomando una taza de té y que por tanto se concentraba en su aroma, en su gusto, en si estaba caliente o frío. No pensaba en si tenía mucho trabajo, o si había hecho algo en el pasado que podría haber hecho de otra manera. En su mente solo estaba la taza de té.

Nosotros ya sabíamos un poquito sobre meditación, pero para los budistas no es solo un pequeño ejercicio que practican de vez en cuando, para ellos es un estilo de vida.

Con todas estas enseñanzas y nuevas vivencias nos despedimos al día siguiente del monasterio y de nuestro nuevo amigo Soonki. No podíamos estarle más agradecido. Corea nos había recibido con los brazos abiertos.

Última foto antes de despedirnos de Soonki

¡Y pide que el camino sea largo! ¡Lleno de aventuras, lleno de experiencias!

¿Y qué comen los rusos? ¿¿Ensaladilla rusa??

Pues sí! Entre otras cosas también comen ensaladilla rusa! Jujuju Pero no solo hay ensaladillas! Y os quedaréis tan sorprendidos como nosotros al descubrir que la cocina rusa cuenta con muuuchas y muy ricas opciones.

Antes de empezar, algo muy importante y básico a saber si te quieres adentrar en Rusia y poder comer…

CÓMO PEDIR DE COMER EN UN RESTAURANTE RUSO

Lo primero que nos encontramos nada más llegar a Rusia, en el primer restaurante donde comimos fue una carta interminable a la par que indescifrable y por supuesto nada de carta en inglés ni camareros que supiesen inglés ni una triste foto, ni nada que nos diese la más mínima pista de lo que podíamos comer… con deciros que la camarera se ponía a hacer mímica imitando los sonidos de los animales  para saber el tipo de carne que era… con lo cual de verduras ni hablamos ? todo producto al que no se le pudiese asociar una onomatopeya o un gesto quedaba fuera de nuestro alcance durante los primeros días en Rusia?

Y en esta primera toma de contacto con la cocina rusa, fue cuando nos dimos cuenta de que lo primero es  conocer la estructura de una carta… da igual el tipo de restaurante, desde la cafetería de carretera hasta el restaurante pijo de ciudad, siempre hay una carta o algo que se le parezca…hay que buscar entrantes, ensaladas, sopas, carnes,  pescados,principales, postres y bebidas y esas palabras es mejor aprendérselas para al menos saber por dónde empezar a atacar. ?

Estás muerto de hambre y te encuentras con esto ?

 

Y si no, según las ganas que tengas de investigar y el hambre que tengas, siempre puedes recurrir a mirar si alguien come algo que te apetezca y decirle que quieres lo mismo, pedir que te enseñen los platos o la materia prima o directamente echarlo a suertes…éste último no nos funciona mucho…porque lo mismo te plantan una salchicha que una sopa cuando en realidad lo que te apetecía era una ensalada.

LOS PLATOS MÁS TÍPICOS

Hasta ahora, ya hemos recorrido la mitad de Rusia. Hemos comido en muchos tipos de restaurantes, en regiones muy diferentes y de todo lo que hemos probado y visto, os hacemos una pequeña selección:

1.- SOPA Borsch

Es una sopa de verduras (repollo y patatas principalmente), pero lo original de esta sopa es que lleva remolacha y una cucharada de crema agria.  De primeras puede no parecer muy atractivo, pero está riquísimo. Nosotros la probamos por primera vez en los Urales, fue de esas ocasiones que le dijimos a la señora, pónganos lo que quiera. Y es que en Rusia no hay comida que se aprecie sin sopa y esta es la más típica en Rusia ( aunque dicen las malas lenguas que de origen ucraniano).

2.- ENSALADA de remolacha y arenque, también conocido como “arenque bajo capa” (como veis seguimos con la remolacha). Esta ensalada, muy original y que nos encanta, la hemos visto también en muchos sitios, desde restaurantes de carretera hasta en una casa de comidas. Se trata de una ensalada compacta de pescado y verduras cubierta con una capa de remolacha y mayonesa. Muy sabrosa y fresquita perfecta para el verano!

Arenque bajo capa


3.- PELMENIS o comida del trabajador

Éste es sin duda es el plato que verás en tooodos lados y es que es uno de los más populares en Rusia.

Se trata de una especie de raviolis rellenos de carne, verduras o patatas. Son muy parecidos a los pieroguis polacos o a las giozas japonesas y a nosotros nos encantan! Lo que más nos gusta es comprarlo y hacerlo nosotros con un poco de salsa de soja ? de rechupete.

Nuestra adaptación de los pelmenis

4.- PESCADOS ?

En Rusia hay muchísima afición a la pesca y en las casas alrededor de los lagos ( y lagos hay por toda Rusia) nunca falta pescado. No os podremos decir sus nombres, porque fuimos incapaces de retenerlos, pero como pequeña anécdota, un día nos habían regalado tanto pescado, que tuvimos que desistir de llevarnos unos bocatas para la ruta que íbamos a hacer y acabamos haciendo unos tuper de  pescado ? situación insólita.

Tupper de pescado para un paseo por el bosque

Eso sí, nuestra perdición es el salmón a la brasa, un salmón que se te deshace en la boca…como si fuera mantequilla, churruscado por la piel y tierno por dentro….no se os hace la boca agua???

5.- CREPES O BLINIS.

Creíais que los crepes y las crêperies solo se veían en Francia? Pues nada más lejos de la realidad. Y es que el origen de los blinis en Rusia se remonta a la época precristiana! Y se consideraban el símbolo del Sol y de ahí fue evolucionando con la historia e incorporadose a numerosas festividades…así que nada que ver con Francia! Y además un crêpe no engaña a nadie y siempre están buenísimos. Eso sí, hay que tener cuidado porque en la carta tienes el crepe con caramelo al lado del crepe de carne y tomarse uno de carne como postre no apetece mucho.

6.- COMIDA CALLEJERA

Y si hay algo que nos encanta de todos los paises a los que hemos ido y por supuesto en Rusia, es la comida en puestos callejeros. En Rusia los puedes  encontrar en un puesto en un mercadillo, en una area de descanso en la carretera, en un pueblo en la montaña o en algunas ciudades. Y aquí lo más típico son los pinchitos de carne ( son como enormes pinchitos morunos) y las empanadas de carne con cebollita o verduras sobre todo…Deliciosos ?

Pinchitos

Empanada de carne y cebolla

7.- PRODUCTOS DEL BOSQUE. ¿Sabíais que el 22% de los bosques del mundo están en Rusia? Y es que la carretera que vamos recorriendo para atravesar Rusia en gran parte está rodeada de bosques (son parte de la taiga rusa) y a parte de la madera, hay mucha gente que vive de los recursos que dan los bosques y en muchos sitios en las carreteras hay puestos de gente que venden miel, frutos del bosque ( frambuesas, arándanos, fresas enanas) y setas ( aquí las hay hasta que aparecen las temperaturas bajo cero, sobretodo níscalos). A nosotros nos encanta sobre todo la miel, ahora entendemos esa debilidad que sienten los osos por la miel!! Y en Ulises nunca falta un bote de miel ?

Y…¿CÓMO SOBREVIVEN UNOS EXTREMEÑOS EN RUSIA?

Para mantener una dieta más o menos equilibrada, combinamos comer fuera con un poco de comida mediterránea hecha por nosotros.

El desayuno casi siempre nos lo preparamos nosotros, sí, seguimos tomando tostadas con aceite de oliva (que aquí está a precio de oro) con zumo, fruta y café hecho por nosotros ?, no nos acostumbramos al café ruso que es como un expreso, pero te dejan todos los posos…

Desayuno en hotel 5* Itaca

Por cierto! Atención con la leche (moloka en ruso), no confundir con kefir como nos pasó a nosotros…porque no os imagináis lo malo que puede estar el café si le echas yogur líquido ? y es que el kefir es como un yogur líquido que venden con el formato de botella de leche…es una bebida muy rica y por lo visto sanísimo, pero os aseguro que combinado con café puede ser de las mezclas más horribles que hayas probado jamás ?

A la hora de comer si estamos en carretera o en algún pueblo donde no hay muchas opciones, buscamos un кафе (traducción literal, café) pero que es el equivalente en España a un bar donde ponen menú del día porque lo que es café no tienen siempre. Las ventajas de estos sitios como de la gran parte de restaurantes en Rusia, es que están abiertos a todas horas….con lo cual, puedes parar a cualquier hora…y lo mejor para el budget…pueden comer 2 personas por unos 300 rublos( menos de 5€!!), eso sí, comida ganada a pulso, sólo por los esfuerzos titánicos para traducir la carta (a veces escrita a mano). Y es que hay una aplicación muy útil que haciendo una foto, te traduce las palabras que reconoce, pero si está escrito a mano, no hay nada que hacer….

Aplicación salvadora ( solo con internet)

Y por último la cena! Cuando el tiempo y el lugar nos lo permiten, lo que más nos gusta sin duda es hacer unas brasas y hacernos un salmoncito o unas alitas de pollo….riquísimo!!

Cena en el lago ?

 

Y si nos pilla en alguna ciudad, pues darse algún caprichito en un buen restaurante (en toda Rusia, en ciudades grandes hay restaurantes buenos con comida más o menos internacional combinada con platos tradicionales, según la zona).

Conejo con crema de queso y risotto de mariscos con caviar rojo

 

Y para acabar este post, os hablamos de algunos productos imprescindibles y otros del los que es mejor prescindir?
Como producto imprescindible, nuestra cerveza rusa preferida: Báltica:

Y el producto ganador como el más prescindible es este:


Se supone que es un aperitivo para tomar con la cerveza, no podemos decir de que está hecho, pero está muy salado y sabe como a carne seca, pero eso sí está en todos los supermercados!

Y eso es todo por ahora amigos…Y sí, nos encanta comer! Y lo mejor, saber disfrutar de una empanadilla en un puesto callejero como de un tupper de pescado en el bosque como de un poquito de caviar en el mejor restaurante de la ciudad (sobretodo si lo haces después de una semana en el bosque ?).

Nosotros seguimos comiendo y recorriendo nuestro camino!

Y no os olvidéis…”Pide que el camino sea largo, lleno de aventuras, lleno de experiencias”.

Un abrazo!

Polonia: zlotys, bosques y tradición

Hola itamigos!!!

Vamos a la velocidad del rayo por Europa y nos falta tiempo para contaros lo que vamos descubriendo…y hoy toca hablaros de este país que no deja a nadie indiferente!!

Polonia ha dado para bastante, pues en total hemos tardado 6 días en atravesarlo (haciendo algunos zigzags para ver lo que más nos interesaba) aunque la verdad es que el tiempo no nos ha acompañado como en el resto de Europa ?.

Como os contábamos en el anterior post, comenzamos por el sur, por los montes Tatras.

Nos encanta ese momento en el que cruzamos una frontera, porque nos ponemos a observar sin perder detalle para empezar a comentar las diferencias respecto a los anteriores países que acabamos de ver, para averiguar qué tipo de gente y de cultura nos vamos a encontrar. Es de las sensaciones que más nos gustan, la de descubrir gentes y culturas ligeramente diferentes ( no hay enormes cambios en unos kilómetros, pero los hay!).

Al entrar en este país lo primero que nos llamó la atención fue que estaban recogiendo la siembra a mano, nada de tractores, de hecho, nos cruzamos con una carreta de burros ?.

Vemos que esta zona es bastante agrícola y poco después descubrimos que Polonia es una de las huertas más importantes de Europa Central y a su vez es un país con un índice de desarrollo humano y una calidad de vida muy altos. En este momento ya auguramos que nos encontraríamos con un país de contrastes.

Por cierto, todo el mundo sabe que en Inglaterra siguen con las libras, pero sabíais que en Polonia tampoco tienen euros?? Pues sí, aquí siguen con el zloty, la moneda polaca, más o menos 1€ equivale 4,2zlotys y en resumidas cuentas, en general todo es mucho más barato!!

A la hora de definir la ruta decidimos que visitaríamos Cracovia, el parque de Bialoweiza y la zona norte. Nos saltamos dos visitas obligadas como son Auswitch porque no nos apetecía visitar el escenario de aquel horror de la humanidad y Varsovia, la capital del país, básicamente porque es una ciudad completamente reconstruida, los nazis la arrasaron casi en su totalidad y por tanto se cargaron su historia.

 

 

 

 

 

Durante la WWII, los nazis arrasaron con el 85% de los edificios de Varsovia

 


Cracovia

Así que nosotros decidimos conocer Cracovia. Lo primero que hicimos fue dirigirnos hacia la colina de Wawel, es una colina donde se encuentra un castillo y una catedral. Esta catedral es bastante impresionante, tiene de especial que es una mezcla de muchos estilos y se ven perfectamente los añadidos que se fueron haciendo a lo largo de los años y es que dicen que es como el libro que describe la historia de Cracovia, aquí fueron coronados todos los reyes polacos.

Popurrí de cúspides, torres y adosados de la catedral

 

Por supuesto subimos a la campana de Sigismundo ( José Antonio se empeñó muchísimo en que viésemos las vistas de Polonia desde aquí), bueno no estaban tan mal 😉

Vistas de Cracovia desde el campanario

 

Seguimos de ruta y no muy lejos, nos encontramos con uno de los atractivos más originales de Cracovia, su barrio judío Kazimieriz. Lo mejor es dejarse perder por sus calles y encontrar sitios curiosos.

Restaurantes del barrio judío

Curioseando en las librerías del barrio

y como era sábado, el mercado estaba abierto y estuvimos curioseando por los puestecillos, aquí podías conseguir incluso imitación de botones nazis y diferentes objetos con la esvástica (a los cuales no nos dejaron hacerles foto).

Puestos del mercado, barrio judío

Cruzando uno de los puentes que atraviesa el Vístula entramos en el que fue le gueto judío y la fábrica de Schindler (sí el de la peli) ahora reconvertida en museo de la ocupación nazi en Cracovia, está muy bien para llevarse una buena idea de cómo ocurrió todo y ver por ejemplo los objetos que requisaban los alemanes a los judios o cómo vivían estos últimos.

Y para despedir Cracovia, al día siguiente nos dimos un paseo por la plaza del ayuntamiento donde hay otra bonita catedral, muy diferente de la anterior…aquí no sabíamos si estábamos en Sevilla o en Cracovia ?, Fernando veía la torre del Oro por todos lados ?

Plaza del ayuntamiento Cracovia

 

En fin, hay que perderse por esta increíble ciudad llena de contrastes y descubrir los pequeños tesoros menos evidentes a los ojos del turista:

Esculturas en equilibrio

Pont de l’amour ?

Arte callejero

Nos despedimos de Cracovia y seguimos para el norte dirección Bialoweiza, por el camino paramos en un par de pueblos bastante bonitos y dimos un paseo por un sitio muy curioso, es un sitio donde el camino está a la altura de las raíces de los árboles ?

Paseos bajo raíces

Raíces en Kazimieriz Dolny

Y por fin llegamos al parque de Bialoweiza, famoso por contar con una de las reservas más importantes  del mundo de Bisonte Europeo. Nosotros visitamos el parque donde puedes ver los animales más típicos de la zona como los ciervos, lobos, gatos salvajes y el gran bisonte!

Bisontes europeos

Y luego dimos un paseo en bici por los bosques de alrededor, típicos bosques centro europeos que luego nos encontraríamos numerosas veces según avanzamos por el camino.

Adentrándonos en los bosques

Cruzando vías abandonadas muy frecuentes en Polonia

La pequeña ardilla del bosque

Aquí tuvimos un pequeño percance, pues hay zonas donde está prohibido el paso porque son zonas de talas y de la nada, salió un hombre enorme a gritarnos en polaco al cual mirábamos ojipláticos, el tío nos echo una bronca y se fue haciendo ruedas con su todoterreno por el bosque ?

Indicaciones incomprensibles

Ulises sigue dando la talla y cada vez probamos más cosas para prepararnos para Rusia, en este viaje probamos la ducha de agua caliente que funciona a la perfección! Todo un acierto…gracias al sistema que instaló José Antonio, el agua de uno de los tanques se calienta con el agua de refrigeración del motor y en 15 minutos…agua calentita! Este es el chiringuito baño que montamos, ya si que somos unos gipsy-hippies totales ?

Ulises modo ducha

Mola mucho y José Antonio está muy orgulloso del sistema que ha montado y todos de él! Hasta Fernando que al principio estaba un poco reticente, acabó validando el sistema!

Bueno y para acabar con Polonia, os hablamos de algo que está presente por todos lados en este país, sus iglesias! Los polacos son muy religiosos, casi el 60% de la población es practicante y un 90% son católicos y quizás de aquí que conserven en tan bien estado la mayoría de sus iglesias.


Hasta pronto familia, próxima parada Lituania y Letonia dirección Rusia!

Nos vemos por el camino largo!!

Nos aventuramos en Eslovaquia

Hola amigos de Itaca!

Y pasamos por Eslovaquia…uno de los grandes desconocidos europeos, también para nosotros. Poco habíamos oído hablar de este pequeño país en medio de Europa, así que os contamos lo que han visto nuestros ojos y las sensaciones que nos llevamos!

Se trata de un país relativamente nuevo, es independiente de la República Checa solo desde 1993 y eso se puede ver…se ve en los vestigios del pasado comunista, en las típicas zonas y edificios que se construyeron hace muchos años y que han quedado como testigos de la evolución del país.

Es curiosa, esa sensación de ser espectador de un país en pleno crecimiento porque ves esa rara y llamativa combinación entre lo que fue y lo que será, entre esos edificios medio derruidos y esas industrias de última generación ( aquí, la mano de obra es más barata que en el resto de Europa y por eso muchas industrias europeas han instalado aquí sus fábricas), o por ejemplo en la capital, donde pasas de estar en una zona de modernas terrazas a zonas de edificios medio derruidos en cuestión de segundos.

Nuestra primera parada fue en Bratislava, una ciudad con un pequeño centro histórico de calles bonitas llenas de restaurantes y sobretodo con cerveza muy barata!! Aquí empieza la fiesta de pintas a 1,5€ ?, en cuanto a la comida es una mezcla de los países que lo rodean, nada de especial.

Callejeando en Bratislava

Centro de Bratislava

 

Nosotros nos quedamos a dormir en las afueras de la ciudad, en el camping Zlate Piesky que tenía lo que todos los campings…muy normalito y limpio, pero una vez más nos encontramos con esa sensación de querer ver con los ojos del pasado…en  su época, esto debía haber sido un centro de vacaciones bastante bien montado, ahora teníamos la impresión de estar en un centro penitenciario en decadencia ? y es que los baños estaban al otro lado de unas verjas y en la entrada había un hombre de 2×2 que solo nos hacía gesto de podéis pasar sin decir nada y nos abría la barrera. No hicimos casi ninguna foto de todo esto, porque no caímos en hacerlas… estábamos como ensimismados observando todo lo que iba apareciendo.

Y de aquí  seguimos ruta para adentrarnos en el corazón eslovaco. Es el primer país donde fuera de la capital, nadie habla inglés o una lengua conocida para nosotros y las indicaciones para turistas y demás…todo en eslovaco (santo Traductor de Google!!, a partir de este momento del viaje se ha hecho imprescindible).

Disfrutamos muchísimo de sus carreteras de zonas de montaña…espectaculares y a la altura de Ulises!

Carreteras de montaña cerca de Zliechov

Y estas increíbles carreteras nos llevaban hacia aldeas de cuatro casas, algunas muy pintorescas, donde conservan las casitas de maderas típicas de estas montañas eslovacas. Nosotros paramos en  Cicmany y en Vlkolinec (esta segunda, patrimonio de la humanidad de la Unesco), aunque a nosotros nos gustó más la que no era patrimonio de nada ?

Cicmany

Ulises en Cicmany

Vlkolinec

Y seguimos carreteando
dirección Polonia. Eslovaquia son solo 335km de punta a punta ( de Austria, por donde entramos, hasta Polonia, nuestro próximo destino), pero antes de pasar la frontera hicimos un alto en el camino, en los Tatras, la parte más alta de los Cárpatos, que tampoco eran muy altos si los comparamos con los Alpes, pero nos apetecía hacer un poco de montaña antes de continuar, pues más hacia el norte es todo plano durante muchos kilómetros y decidimos hacer una preciosa ruta que comenzaba en el pueblo de Vysoké Tatry:

Subiendo Tatras

Bajando Tatras, hacía mucho frío allí arriba!

Por último y para acabar este post, un poco de aventura!

De vez en cuando, hacemos incursiones para dormir en medio de nowhere! Y en Eslovaquia lo hicimos??. En Italia y Austria no pudimos porque está terminantemente prohibido y en Francia es muy fácil ( de hecho hay una página web:furgoperfecto que te recomienda sitios) y bueno, pues aquí lo buscamos nosotros y llegamos a un bosquecillo no muy lejos de una carretera poco transitada:

Lo gracioso, o no tanto, es que en el pueblo que había al lado, a la mañana siguiente nos encontramos con un cartel que decía prohibidas las motos en el campo, prohibida la ⛺️ y aquí habitan osos y linces ? y nosotros bueno…pero Fernando pasó la noche en su tienda de campaña con su moto al lado ?. Estamos pensando en darle el título de Quinto de campo ( título expedido por la institución viajando a Itaca, solo para aventureros) pues comenzó el viaje siendo el típico motero de carretera que dormía en el Hilton, con miedo a las arañas y  ya está hecho un motero off road que ya no le teme ni a los osos y puede dormir en medio de montañas! Bravo Fernando ????

Austria: Alpes, lagos, vías ferratas, bonitas ciudades y Viena!

Hola Itamigos!!!

Seguimos en ruta 🙂 y cada vez más hechos a Ulises, a la vida nómada y a Fernando (nuestro amigo que nos acompaña hasta Rusia).

Ninguno de los dos conocíamos este país, era el primer país de la ruta completamente nuevo para nosotros y sin duda ha sido una muy buena sorpresa… es un país que lo tiene todo excepto el mar! Pero tampoco le hace falta…

Entramos en Austria solos porque dejamos a Fernando en Bolzano, él y su moto querían hacer la ruta de los Dolomitas y nosotros consideramos que debíamos dar un descanso a Ulises y coger una ruta más facilita. Así que tomamos la carretera que va de Bolzano, en los Alpes italianos, hasta Innsbruck, capital del Tirol, sí sí el Tirol donde cantan esa melodía que todos conocemos y donde muchos hombres a día de hoy siguen utilizando el típico pantalón tradicional! Y es que en general, Austria es un país de tradiciones.

Trajes tradicionales del Tirol

INNSBRUCK

Innsbruck es una bonita ciudad rodeada de enormes montañas y atravesada por un río que bien merece una visita que nosotros hicimos rápidamente, pues teníamos unas temperaturas desorbitadas de 35grados!!! Yo creía que tan al norte los termómetros no conocían esas temperaturas…

Así que nos dimos un paseo por el centro de la cuidad y seguimos ruta, ya con nuestro amigo y sufridor Fernando.


Después de Innsbruck seguimos hacia Salzburgo, ojo! Porque en Austria se necesita viñeta, es una pegatina que tienes que comprar y pegar en el parabrisas para circular por autovía sin que te multen (hay una empresa que se dedica exclusivamente a chequear cámaras y ver que los coches llevan esta pegatina).

SALZBURGO

Salzburgo es una ciudad con mucha historia y mucho que contar!!

Fortaleza Hohensalzburg presidiendo la ciudad

Su nombre viene de las antiguas barcas de sal que pasaban por aquí y que al llegar a esta ciudad tenían que pagar  un impuesto.

Aquí nació Mozart, aquel compositor que a los 5 años ya componía obras musicales (sigo sin dar crédito a este hecho) y se pueden ver alusiones a este famoso personaje por todos lados… una escultura enorme en su honor, su casa, bolas de chocolate con su nombre y todo tipo de souvenirs! Y es que en general esta ciudad respira arte por todos lados!

Y esta ciudad no fue solo importante en el pasado, también en el presente…ya que aquí están las oficinas centrales de RedBull así como su fábrica, esa marca de bebidas que se ha hecho la abanderada de todos los deportes de riesgo a alto nivel.

Y podría hablaros de muchos rincones, iglesias, plazas merecedoras de una visita, pero lo que hacemos nosotros y lo que recomendamos, es dejarse llevar y descubrir sus calles dejándose perder por el centro histórico…y como no, subir hasta la fortaleza Hohensalzburg, que preside la ciudad. Alrededor de esta fortaleza hay bonitos senderos donde perderse e imaginarse cómo sería aquello hace cientos de años, además, no están nada transitados por turistas y eso forma parte de la magia ?

Y desde Salzburgo seguimos hasta el lago Attersee, al encuentro de nuestro amigo Javi.

ATTERSEE Y ALREDEDORES

Con nuestro amigos Javi y Fernando

Este lago es un precioso lago de aguas cristalinas, donde el mismo Gustav Klimt veraneaba y que aparece en varias de sus obras. Nosotros aprovechamos para refrescarnos y pasar una estupenda tarde junto al lago con amigos.

En los alrededores del lago se pueden hacer muchas actividades, nosotros, guiados por nuestro amigo Javi, hicimos una vía ferrata, o lo intentamos! El entorno era espectacular y la vía toda una prueba contra el miedo a las alturas.

Vía ferrata

Y para relajarnos después de tantas emociones desconocidas, nos fuimos al lago Gosausse, un espectacular lago con un glaciar donde poder darse un bañito con vistas espectaculares (no apto para frioleros).

Una visita obligada fue la del pueblecito de Hallstatt (Patrimonio de la humanidad por la Unesco) y que a los chinos les gusta tanto que lo han replicado en su país ? y doy fe que les gusta porque no hacíamos más que preguntarnos cómo era posible que hubiese tanto chino en un pueblo perdido en las montañas de Austria!

Hallstatt y sus turistas

El pueblo precioso, eso sí! Pero sobreexplotado para mi gusto ?

Y una vez que despedimos a nuestro querido Javi (gracias Javi por aguantarnos tan pacientemente ?) nos dirigimos hacia Viena!

VIENA

Y que decir de Viena…pocas ciudades más espectaculares hemos conocido…

Esta ciudad, hoy en día, gracias a su neutralidad es sede de numerosos organismos internacionales pero fue en el siglo XIX cuando alcanzó su máximo esplendor, como capital del Imperio austrohúngaro…y de esa época datan numerosos edificios, es increíble el hecho de que mires por donde mires puedes encontrar por Viena un edificio espectacular (casi como los chinos en Halsttat!). 

Palacios, museos, edificios públicos… hay una lista interminable que serían dignos de un post ellos solos! A nosotros particularmente nos fascinó la famosa ópera de Viena que además sigue en activo, donde se celebra el mundialmente conocido concierto de Año Nuevo. Al entrar en este edificio, te transportas a otra época.

Escaleras principales de la ópera

Tuvimos la suerte de pasar por allí justo cuando iba a comenzar una obra y estaba abierta, si no, está cerrada y no se puede visitar. La gente va con su mejores galas como antaño, nosotros íbamos vestidos de guiris con nuestros chubasqueros ?

Disfrutamos muchísimo de esta ciudad descubriendo jardines y edificios.

Karlskirche y sus esfinges

Entrada al barrio de los museos

Sin duda, es una ciudad a la que volveremos, sobretodo para ir a la Ópera!

Y para acabar, algunas curiosidades….

Estos son los torniquetes del metro. Directamente, la primera vez no validamos los tickets porque ni los vimos ( nuestra cabeza buscaba unos torniquetes de verdad).

Y ya sabemos de dónde ha sacado la Carmena la idea de los semáforos!!

Y esto es todo de momento amigos…Seguimos con nuestra ruta en Eslovaquia!

Nos vemos por el camino más largo!!